León XIV a los monaguillos franceses

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El 25 de agosto, el Papa León XIV se reunió con monaguillos franceses en peregrinación a Roma y les dirigió un discurso centrado en la importancia de la Eucaristía y la vocación sacerdotal.

El Papa comenzó expresando su deseo de que los jóvenes estén atentos a la llamada de Jesús para seguirlo más de cerca, destacando la «maravillosa vida del sacerdote» que, a través de la misa, encuentra a Jesús y lo dona al mundo. Lamentó la escasez de sacerdotes en Francia y en el mundo, calificándola como una «gran desgracia para la Iglesia».

En un mundo lleno de desafíos y sufrimiento, el Papa recordó a los monaguillos que solo Jesús puede salvarnos. Afirmó que la respuesta es clara: Jesús, que es Dios Todopoderoso, nos ama y dio su vida por nosotros en la cruz, un acto que define como «el acontecimiento más importante de la historia del mundo».

«¿Qué podemos temer de un Dios que nos ha amado hasta tal punto? ¿Qué más podríamos esperar?»

El Pontífice enfatizó que el lugar para experimentar el amor de Cristo es la Eucaristía, a la que llamó «tesoro de la Iglesia». Insistió en que la misa, donde Jesús se entrega a través de las manos y las palabras del sacerdote, «salva al mundo hoy». El Papa destacó que los cristianos no van a misa por obligación, sino porque necesitan la vida de Dios que se entrega sin pedir nada a cambio.

Pongan a Jesús en el centro de su vida

León XIV instó a los monaguillos a no olvidar que «no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres por el cual podamos ser salvados» y los animó a poner a Jesús en el centro de sus vidas. Les dijo que Jesús quiere ser su «mejor amigo, el más fiel» y que la vida se vuelve «bella y feliz» con Él. Finalmente, les agradeció por su servicio y los exhortó a realizarlo con dignidad y solemnidad.

Fuente: Vatican News