Austeridad en el noviazgo

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Basta con unos minutos en Instagram para darnos cuenta de que las citas románticas -y el estilo de vida- de muchas parejas jóvenes parecen sacados de una película. Paseos en globo aerostático, viajes por el mundo, cenas en restaurantes instagrameables, salas de escape, cine 3D. Todo forma parte del imaginario de lo que debería ser una relación divertida.

Mientras tanto, se habla de crisis económica global, pero en las redes sociales parece que todos pueden permitirse lujos cada fin de semana. Este artículo busca reflexionar sobre la virtud de la austeridad en el noviazgo católico, su importancia espiritual y práctica, cómo puede transformar nuestras relaciones desde lo profundo.

¿Qué es la austeridad y por qué es clave en una relación?

La austeridad cristiana —también llamada sobriedad— es una virtud que nos ayuda a vivir libres del apego a los bienes materiales y del deseo desordenado de placer inmediato. Vivimos en una cultura saturada de consumo, donde todo se mide en experiencias y likes.

Así, la austeridad ofrece un camino distinto. Nos brinda la vía del amor real, libre y profundo, capaz de enfrentar los desafíos de la vida en pareja.

El obispo Fulton J. Sheen, en su libro Son tres los que se casan, recuerda que muchas veces el dolor en el matrimonio no es más que un anticipo de la felicidad eterna. Es decir, las palabras hirientes, incomprensiones o incluso infidelidades pueden aparecer. Es, precisamente, la madurez en las virtudes la que permite encontrarles un sentido profundo.

El noviazgo no es un parque de diversiones: es una preparación para el matrimonio

El noviazgo católico no es una etapa para vivir únicamente de emociones y placeres. Es una preparación seria y gozosa para el matrimonio, donde se aprende a amar, a sacrificarse, a perdonar y a caminar juntos.

La austeridad en la pareja ayuda a purificar la relación, a vivirla con más verdad y profundidad, alejándonos de la superficialidad que promueve el mundo. No se trata de renunciar a toda alegría o a los planes especiales, sino de ordenar los deseos, aprender a decir no cuando sea necesario y buscar lo esencial.

¿Qué riesgos tiene un noviazgo sin austeridad?

Superficialidad emocional: si todo gira en torno a consumir experiencias o regalos, se debilita la capacidad de disfrutar lo simple y cotidiano.
Falta de sacrificio: acostumbrarse a obtener todo lo que se quiere inmediatamente hace que sea más difícil luego enfrentar juntos las posibles cruces del matrimonio.
Relación basada en la gratificación: si una pareja solo busca placer y evita el conflicto, se construye sobre terreno inestable.
En cambio, una relación donde se cultiva la austeridad forma personas capaces de amar en lo bueno y en lo difícil, con un sentido de eternidad y compromiso.

Consejos prácticos para vivir la austeridad en el noviazgo

Prefieran citas sencillas sobre las más elaboradas. Un paseo, un picnic o juegos de mesa juntos pueden ser más memorables que una salida costosa.
Ahorrar juntos con sentido. En vez de ir al cine cada semana, guarden ese dinero para algo significativo, como el fondo de boda o una experiencia especial por su aniversario.
Compartan con otros. No se aíslen como pareja. Visiten a un familiar, acompañen a un enfermo o hagan voluntariado juntos.
Eviten el endeudamiento. No compren regalos que no puedan pagar sin crédito. El verdadero amor no necesita adornos costosos.

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Conclusión: austeridad y amor verdadero van de la mano

Vivir el noviazgo con austeridad no es retroceder, sino avanzar hacia un amor más libre y verdadero. En una sociedad que promueve el usar y tirar, esta virtud prepara el corazón para un compromiso duradero y feliz.

No olvidemos que el amor conyugal se forja en lo ordinario, en lo cotidiano, en esas pequeñas renuncias que construyen un sí para siempre. Tampoco obviemos que —como recuerda la fe cristiana— es en la cruz donde comienza la verdadera redención del amor.

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Inna Muñoz para Ama fuerte