Myriam Más, una joven de 19 años, personifica el compromiso y la madurez en el ámbito del voluntariado. Como la voluntaria más joven de la Delegación de Jóvenes de la Archidiócesis de Madrid, Myriam demuestra que el espíritu de entrega es prioritario, incluso antes del disfrute personal. Su trayectoria comenzó humildemente, aceptando una invitación que transformó su perspectiva, llevándola a comprender que la verdadera alegría reside en el servicio, más allá del mero descanso o la obligación.
Para Myriam, las cualidades esenciales del voluntario son claras: un inquebrantable espíritu de servicio, la capacidad de disfrutar el proceso para contagiar alegría, y la flexibilidad y confianza para adaptarse a imprevistos, reconociendo que siempre existe un plan superior. Subraya que el voluntariado no solo es una labor detrás de escena, sino también una fuente de comunidad y amistad, donde las reuniones se convierten en espacios de conexión y apoyo mutuo, fortaleciendo lazos y revelando tanto fortalezas como necesidades.
Finalmente, extiende una invitación sincera a quienes dudan: «Empieza por algo pequeño.» Su experiencia demuestra que el acto de dar genera una recompensa mucho mayor de lo esperado. Su historia es un testimonio de cómo el voluntariado, más allá de ayudar a otros, tiene el poder de transformar profundamente a quien lo ejerce, construyendo comunidad y fe desde la base.
Fuente: Archidiócesis de Madrid
