Fe y fortaleza ante la partida inesperada de Belén

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Belén Requejo Herrera, la hija mayor de la familia, numeraria del Opus Dei, falleció de manera súbita a los 20 años el 6 de mayo, tras un rápido deterioro de su salud que comenzó en noviembre con un ganglio inflamado. En abril le fue diagnosticado un desorden autoinmune.

Su madre, Susana ha ofrecido su testimonio a Alfa y Omega en el que explica cómo vivieron y viven la pérdida de su hija.

Tras un viaje a Sevilla por un curso, regresó con un fuerte dolor de cabeza que derivó en su ingreso hospitalario por meningitis preventiva. Reingresó el 2 de mayo, su estado se complicó en horas y fue trasladada a la UCI, perdiendo la consciencia antes de que su madre llegara. La causa de su muerte fue una meningitis por activación macrofágica, una complicación de su enfermedad.

La familia encontró consuelo en el exhaustivo despliegue médico, sintiendo que se había hecho todo lo posible por Belén, e incluso el hospital solicitó permiso para investigar la inusual complejidad de su caso. Desde una perspectiva de fe, la familia sintió el apoyo ininterrumpido de una gran cadena de oración.

Según su hermana Paula, «los tiempos han sido perfectos». Con un accidente no habríamos tenido el consuelo del despliegue médico que hubo con ella.

Su familia percibe su fallecimiento como parte del plan de Dios, entendiendo que «el cielo se empeña en llevarse a alguien para una misión», y creen que Belén, ahora sin las limitaciones del tiempo, está «desatada» en el cielo. Ya han recibido noticias de varios favores atribuidos a su intercesión, lo que los lleva a habilitar un correo electrónico para recopilar estas experiencias: muchasgraciasbelen@gmail.com

El proceso de duelo fue vivido en familia, incluyendo a los seis hermanos menores de Belén. El velatorio prolongado en el centro del Opus Dei, su «otra familia», fue un espacio de consuelo y oración intensa. Dos meses y medio después, la madre de Belén expresa una «fortaleza muy prestada» y una convicción reforzada en la fe.

La familia está aprendiendo a reconstruir una nueva relación «no física pero sí real y sobrenatural» con Belén, manteniéndola presente a través de recuerdos y fotos, especialmente para el más pequeño.

Fuente: Alfa y Omega