Jaime Lorente, el actor de 33 años mundialmente conocido por su icónico papel de Denver en la exitosa serie La Casa de Papel, ha compartido recientemente una profunda transformación espiritual en su vida. Tras atravesar un periodo que él mismo describe como «bastante oscuro», Lorente ha experimentado un «reencuentro con Dios», lo que ha significado un retorno significativo a las marcadas raíces religiosas que le inculcaron sus padres, quienes son fieles y activos miembros del Camino Neocatecumenal.
En una reveladora entrevista concedida en el podcast El Cafetal, conducido por Josué Moreno, el actor murciano, que es el cuarto de cinco hermanos, ofreció detalles íntimos sobre su juventud. A pesar de describirse como el «hijo descarriado» de la familia, siempre inquieto y travieso, Lorente enfatizó el papel fundamental que la fe y el apoyo incondicional de sus padres desempeñaron como un pilar inquebrantable en su vida. «En mi casa, desde pequeño, Dios ha sido la certeza de que un tipo determinado de vida es posible», afirmó, destacando el ejemplo de amor y compromiso matrimonial de sus padres como una demostración palpable de su fe.
El actor también abordó cómo su incursión en el mundo de la interpretación surgió inicialmente como un refugio y una vía para su validación personal. Sin embargo, su perspectiva actual ha evolucionado notablemente, y ahora percibe la fe como «algo palpable, que se toca, que te cambia y toca el corazón de verdad».
Lorente asegura que su vida ha sido profundamente cambiada por esta renovación espiritual. Menciona mejoras tangibles en la manera en que se relaciona con su esposa, Marta Goenaga, sus dos hijos, sus amigos y su propio entorno profesional, enfocándose en la búsqueda constante de la virtud en las acciones cotidianas. Convencido de que la fe «no es lo que se le ha vendido a mucha gente», el actor sostiene que sin la presencia divina en su vida, sería «más irrespetuoso, más extremista en el sentido negativo y sería peor persona».
Fuente: Religión en Libertad