Ani Finat es una aristócrata, amiga de Tamara Falcó y muy activa en redes sociales dando testimonio de su fe, que tuvo un proceso de conversión tras realizar participó en un Seminario de Vida en el Espíritu, un retiro eclesial promovido por la Renovación Carismática.
Casada y madre de cuatro hijos, acaba de publicar un libro testimonio titulado «Cuando conocí al Dios Amor». En una entrevista al diario La Razón afirma que «con el libro busco dar a se conoce el amor de Dios y redescubrir que eso que otros ven como prohibiciones en realidad son renuncias por un bien mayor, renuncias por amor, para no hacernos daño a nosotros ni a los demás.»
«Hoy en día está habiendo muchísimas conversiones, porque estamos en un mundo tan sumamente material, tan vacío y desnortado que la gente se está dando cuenta de que esa aparente libertad para hacer lo que te dé la gana no existe, que se nos vende algo que no tiene fondo. Ahí empieza una búsqueda, vas probando una cosa tras otra… Al final, lo único que te puede llenar es Dios, no lo material.»
Reconoce que un converso, al principio tiene un subidón brutal, pero como no riegues, como no perseveres, como no sigas día a día trabajando en ella, esa fe acaba muriendo. «Yo llamaría converso a aquel que descubre a Dios y que pone de verdad a Dios en el centro de su vida y lucha cada día por mantener esa relación.»
«Poner tu confianza en Dios no significa que tu vida vaya a ser de color de rosa, que todo te vaya fenomenal y que se acaben los problemas. Pero sí que implica que Dios está contigo para ayudarte a superar todas esas cosas. Al final eso da mucha libertad, porque todos vamos a pasar por la enfermedad, vamos a tener días peores… Con Dios, el sufrimiento es mucho más llevadero. Al final es la confianza de decir que tengo un Padre en el cielo que me quiere por encima de todo, más que nadie, que me está sosteniendo.»
Fuente: La Razón