Anton Bruckner, anciano prodigio, músico de profunda fe

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Para cualquier aficionado a la música clásica el 2024 es un año de celebración. Se cumplen dos siglos del nacimiento de Anton Bruckner. Su música es tan maravillosa que él mismo reconocía humildemente que le había sido revelada desde lo alto.

Nunca fue realmente ambicioso, como no fuera consigo mismo, y por eso buscaba la perfección en el trabajo. Jamás presumió de nada. Pero fue enormemente tenaz, perseverante hasta el final.

Comenzó como organista en el monasterio de san Florián. Allí ayudaba a Misa, y tocaba el órgano durante muchas horas cada día. A los 60 años llegó a ser compositor, y a los 70 su obra maestra, la Novena Sinfonía.

Es un caso excepcional de anciano prodigio. Ha pasado a la historia como un músico tímido pero su obra es grandiosa. ¿Cómo se puede explicar esto? Hay quien dice que la razón es su profunda fe, de católico practicante. Entendía la música como una forma de hacer oración.

Rafael de Mosteyrín Gordillo