Resplandecer. Escuchar. No tener miedo

Cambiar el mundo, Navidad

Sin Autor

En esta Navidad es clave que no olvidemos lo verdaderamente importante, el Nacimiento del Señor, hecho Hombre. Ahora en vacaciones creo que es un buen momento para reflexionar sobre las ideas que el Papa nos quiso transmitir a los jóvenes en Lisboa esta JMJ de 2023.

El Papa Francisco, en esta JMJ 2023 en Lisboa, nos hace un llamamiento a los jóvenes a actuar, a ser felices. Lo hace centrándose en tres verbos sacados del Evangelio: Resplandecer, Escuchar y No tener miedo.

Debemos distinguir ser fuertes y exitosos con ser luminosos. Los éxitos y los fracasos no dejan de ser circunstancias, meteorología, que no dependen al completo de nosotros y por muy difícil que sea, no deberíamos dejar que nuestra luminosidad dependa de factores externos.

Nuestro resplandor debe salir de nuestra vida interior, del amor al Señor con todo lo que conlleva, incluyendo sufrimientos y dudas. También del amor a los demás, con obras, intentando amar a todos como Dios nos ama, incondicionalmente, hasta el fin del mundo.

La Paz que nos da saber que estamos cerca del Señor, nos sacará naturalmente una sonrisa de la cara, iremos desprendiendo alegría, de la contagiosa. Será nuestra luz que nos alumbre en la oscuridad, en la nuestra y la de los demás.

Segundo verbo: escuchar. Empezaré aclarando que escuchar no es lo mismo que oír. Escuchar implica todo nuestro ser, toda nuestra atención. Escuchar es necesario para amar, cuando escuchamos a alguien, lo comprendemos, cuando entendemos algo o alguien ya podemos amarlo, porque entender conlleva conocer, y es imposible amar sin conocer. Al igual que también, es difícil conocer sin amar, o por lo menos sin esa rectitud de intención de querer amar.

Cuando escuchamos a Dios, y lo conocemos, podemos sentirnos identificados, llamados, además de amados, claves que nos ayudarán a guiarnos en nuestro camino, confiando en Él y rectificando si es necesario.

No tener miedo, que fácil parece, pero que complicado es. Es nuestro freno de mano, el miedo, que no nos permite avanzar ni crecer. ¿Por qué tenemos miedo? Si sabemos que Dios, está con nosotros, porque no actuamos, porque le tememos al amor, tenemos miedo de ser felices, de hacer lo que Dios quiere. El miedo viene cuando queremos hacer cosas que son de Dios pero sin Dios, es decir, cuando nos centramos en nosotros mismos, nuestros límites humanos sin contar con la omnipotencia de Dios. La solución está en ser capaces de salir de nosotros mismos, amando a Dios, confiando en Él.

Analizando diversos casos, en muchos coincide que el miedo lo que nos impide es tomar una decisión, cuando no tomarla ya es tomarla. La vida son decisiones, y tomarlas es bastante más fácil muchas veces de lo que nos parece. Todo lo que sea dar muchas vueltas, nos puede acabar quitando la Paz, y eso no es de Dios.

En definitiva el Papa nos hace una llamada a ser felices, amando sin límites, cerca del Señor y sin miedo al fracaso, ya que a los ojos del Señor no existen los fracasos.

Alejandro Galán B.