María y Quique se encontraron con Cristo

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Maria Lorenzo y Quique Mira son dos jóvenes, novios, que pertenecen a Regnum Christi y que dan testimonio de su fe en instagram y siempre que se les presenta la oportunidad.

La revista Ecclesia ha charlado con ellos y, entre otras cosas, han contado su conversión. Para María fue decisiva La Pasión de Mel Gibson. Quique empezó a trabajar en varios locales de noche que derivó en desfases con el alcohol y en relaciones con chicas. Le invitó un sacerdote, «una Semana Santa, a hacer el curso de monitor de tiempo libre. El Viernes Santo me preguntó: «Quique, ¿cuándo vas a empezar a tomarte la vida en serio?». Sentí que era el mismo Jesús el que me estaba hablando. Yo no sabía qué decir. Fui a la capilla, caí de rodillas y estuve toda la tarde llorando delante del Santísimo».

«En la mentalidad de hoy prima el tener, el hacer y el conquistar. Subes escalones, pasa el tiempo y ves que ese deseo profundo no se colma. Esto lo he experimentado. Creo que nuestra labor en redes sociales, como hijos de Dios, es señalar a Aquel que nos da la vida, que nos ama, que nos ha revelado el sentido», afirma Quique.

«No estoy en Instagram porque sea la mejor o haga grandes cosas. Estoy porque Dios me ha puesto ahí. El hecho de tener una misión en esta red social es un regalo», señala María.

Quique destaca que «hay dos cosas que me han ayudado mucho. La primera es que si la evangelización no es sostenida por la contemplación se queda vacía. Nuestra relación con Cristo es el pilar. Si uno entra en redes para buscarse a sí mismo, el mundo se lo come. Y la segunda es que la vanidad va y viene, pero hay que intentar que no se quede con nosotros.»

Ambos han ido a la JMJ y el mensaje que quiere transmitir María a los jóvenes es que si realmente han vivido algo que les ha tocado el corazón y les ha llevado al Señor, que no se olviden y busquen una comunidad con la que vivirlo día a día. Ir a la JMJ es un extra.

A veces le damos demasiado peso a estos momentos de fogonazo, muy extraordinarios. La JMJ es un momento brutal para percibir el amor de Dios y que no estás solo. Pero la realidad es distinta y podemos tener la tentación de querer vivir de JMJ en JMJ o de retiro en retiro. El seguimiento de Cristo exige un hoy. Es bueno dar gracias a Dios por ese momento, pero luego hay que reconocer un camino concreto en lo que Dios te pide: en tu casa, en tu parroquia, en tu movimiento, que ahí es donde Dios hace la obra, remata Quique.

Fuente: Revista Ecclesia