Una reflexión del P. Patxi Bronchalo

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Por Patxi Bronchalo
@PatxiBronchalo

No es nada nuevo que se organicen y fomenten este tipo de actos en alguna iglesia. Si lo es y resulta chocante que promocione desde medios oficiales.

Aquí hay que hilar muy fino 👇🏻

Decir que la Iglesia acoge a cada persona es recordar lo que todos estamos llamados a vivir. Catecismo: “Las personas con tendencias homosexuales (…) deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

Esto es distinto de bendecir las uniones homosexuales. Desconozco si es el fin del acto en cuestión. Puede ser desde luego, pues parece asumir el lenguaje y los signos del mundo LGBTIQ+. Me parece un error y basta un análisis simple se ve la contradicción con la fe.

¿Sabéis cuál es el significado del término diversidad? En latín se dice “diversitas”, que quiere decir “variedad”. Y viene del verbo “divertere”, que significa “girar en dirección opuesta”.

La Iglesia no es diversa, es Madre y Maestra. Como Madre nos acoge y como Maestra nos enseña a vivir conforme al Evangelio.

En la Iglesia hay diversas personas y algo en común: estamos llamados a la conversión, esto es, a dejarnos cambiar nuestra vida por la Palabra de Dios

Convertirse es el principio del Evangelio. No es Dios el que tiene que convertirse a nosotros sino nosotros a Él. No hemos de forzar decir nosotros a la Palabra de Dios lo que no dice.

Cada época tiene sus modas ideológicas que quieren cambiar el Evangelio. Es una tentación.

La Iglesia está llamada a ir contracorriente, viviendo la verdad de la revelación de Dios en cada tiempo.

¿Pero si “divertere” significaba “girar en la dirección opuesta? Pues la verdad es que asumiendo las ideologías LGTBIQ los cristianos no están yendo contracorriente.

Al contrario, asumir ese tipo de expresiones y signos, forzar a que se aprueben bendiciones, anular la antropología revelada por Dios, es ir a favor de la corriente de la ideología de nuestra época.

Se pretende libertad y se cae en ser una marioneta del pensamiento único.

¿Sabéis lo que es lo contrario a “divertere”? Volvemos al principio del Evangelio, lo contrario es “convertere”, que significa “transformar, hacer distinto”.

Esto si es lo propio del cristianismo. Y la conversión empieza por uno mismo. Por ti y por mí.

Toda persona está llamada a convertirse, también quien tiene una tendencia homosexual. Quiere esto decir transformar y hacer distintas sus formas de vida para vivir la fe. Para toda persona esto es un combate, el combate espiritual.

A cada persona la Iglesia nos llama a la conversión, no a la diversidad, y la Palabra de Dios habla e ilumina sobre cómo hacerlo, y el Magisterio lo enseña, por eso a las personas con atracción al mismo sexo dice el catecismo lo que dice:

“Están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”.

Es una auténtica prueba para ellas. Yo lo tengo claro, esto sin Fe no se entiende.

Cuando escucho hablar a personas con atracción al mismo sexo me encuentro algo común: la vida homosexual les deja gran insatisfacción. En la vida en castidad encuentran paz. No les es fácil, sufren mucho, pero se muestran convencidos de lo que les hace bien y van hacia ello.

La verdad y la caridad. Siempre. Ambas juntas. Estoy convencido de que con las dos hay que ir a todas partes. Y de que con ambas inseparables se va a al Cielo.

Aunque todas las personas que transitamos ese camino lo hacemos llevando la cruz. Eso ya lo dijo el Señor.