S. Isidro, ejemplo de santidad para los laicos

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El presbítero Ángel Luis Miralles ha cumplido 31 años como sacerdote. Hoy es el párroco de la Colegiata de San Isidro el Real, antigua catedral de Madrid.

En una entrevista para Iglesia de Aragón explica cómo ha descubierto la gran devoción que hay al santo, del que es año jubilar. «Ver la internacionalidad de nuestro queridísimo santo patrón, San Isidro, conlleva: que viene mucha gente, que celebramos muchos sacramentos de la Penitencia (o sea, que confesamos a muchísima gente), que hay muchas celebraciones de la Eucaristía para dar gracias a Dios, etc. «

En la fiesta de S. Isidro se expuso el cuerpo incorrupto del santo y desde entonces lo ha visitado una gran afluencia de público muy fervoroso.

«San Isidro tiene esa atracción, esto ya ha supuesto que venga muchísima gente, confesando sin parar durante días. Y, como se gana indulgencia plenaria…Luego, a lo largo del año, peregrinaciones de todo el mundo, obispos de todo el mundo, países de lo más insospechado, con mucha devoción, y de toda España. Creo que hay que dar gracias a Dios por este Año Jubilar que ha concedido la Santa Sede, porque ha removido mucho la devoción a San Isidro. Además, ha puesto de relieve su ejemplaridad, que es tremendamente actual: claro, un laico, trabajador, con familia (con esposa e hijo) y circunstancias bastante complejas de persecución, etc, ha sido un testimonio de fe muy importante para mucha gente.»

Este gran santo «era un hombre que se sostenía en la vida de piedad a la Santísima Virgen, como manifiesta la Tradición, y, sobre todo, su amor a la Eucaristía que, en aquel entonces, no era tampoco corriente que comulgaran diariamente ni que acudieran a rezar al Sagrario con frecuencia como él, según consta ya en la Tradición más inmediata a su época (s. XIII)».

Puedes leer la entrevista completa en Iglesia de Aragón