Hay santos como tú y como yo

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El 15 de mayo de 1975, en la ciudad de Bueno Aires (Argentina), nació una niña a la que Clara María Segura. Era la más pequeña de 6 hermanos.

Clarita fue una niña normal que supo vivir lo cotidiano con un inmenso amor a Jesús. Era una niña con una gran generosidad y un notable desprendimiento de sus cosas. Vivía en medio del mundo pero sin contaminarse de las cosas del mundo.

Su relación con Dios era totalmente personal, era un amigo al que le escribía y le hablaba con total confianza, gratitud y humildad. A Él le dice: “Lo único que me faltaría es poder abrazarte y agradecerte todo lo que hiciste por mi”.

Vídeo ofrecido por Ejército Blanco