La Voz de Galicia publica la noticia de la tortura que sufren las monjas agustinas de Betanzos cada fin de semana.
Y no es para menos, porque tienen aguantar las consecuencias del botellón que organizan los jóvenes del pueblo y al que acuden otros de pueblos cercanos. El problema no es sólo la música, que también porque la ponen a toda pastilla y no pueden dormir, sino que además tiran al interior del convento todo tipo de objetos: sillas, botellas, preservativos y otros objetos de higiene íntima. También les han destrozado el huerto.
El último fin de semana ha sido especialmente horrible porque ha habido una macroquedada a la que han acudido jóvenes de toda la comarca.
El Ayuntamiento no sabe cómo resolver el grave problema y ya lo ha comunicado a la Subdelegación del Gobierno.
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