Ottmar Tovar, es un joven seminarista mexicano, que ha contado su testimonio en Centro Medjugorje. Desde su infancia le acompañó la presencia y la espiritualidad de la Reina de la Paz, de la que dice que le enamoró su belleza y ternura.
«Gracias a la fe que me transmitieron tanto él (su párroco) como mi Mamá en casa, aprendí a amar desde pequeño a la Santísima Virgen, relacionándome con ella con ternura de hijo, teniendo una devoción especial por el Santo Rosario y fiestas marianas».
La idea del sacerdocio le fue rondado en diferentes etapas de su vida. Finalmente, en los años de universidad la llamada volvió a despertarse seriamente. «Mientras tanto, trataba de vivir mi espiritualidad siguiendo los mensajes de la Reina de la Paz, dejándome guiar por ella hasta Jesús y su voluntad para mí.»
En una ocasión, en Medjugorje, ante la Custodia le dijo a Jesús: “Tú me trajiste aquí, me has preparado toda mi vida para estar aquí, así que quiero que me digas que es lo que quieres y que tiene que ver Medjugorje con todo esto.” La respuesta no se hizo esperar mucho.
Al día siguiente escuchó enun testimonio de conversión: “No hay nada más grande en este mundo que lo que hace un sacerdote.” En ese momento, al escuchar esas palabras, mi alma se llenó de luz y claridad, pues había encontrado la respuesta que tanto buscaba. En mi discernimiento vocacional, yo intuía que Dios me llamaba a hacer algo grande, maravilloso, pero no me quedaba claro que era exactamente. En ese momento, interiormente, le di el “si” al Señor.
En este enlace de Centro Medjugorje puedes leer este testimonio completo