En plena sierra de Guadarrama, en un precioso enclave perteneciente al término municipal de Moralzarzal, se encuentra el Monasterio Cisterciense de Calatrava. Allí habita una comunidad de Monjas Cistercienses que fue fundada en el año 1218.

Cada monja vive en sincera comunión fraterna con sus Hermanas, desgranando y recorriendo el tiempo determinado que es su vida personal, entregándose a su quehacer cotidiano monástico. En cierto sentido, puede decirse que la monja recibe el don gratuito de su vocación con su género de vida concreto y hace, con su profesión, una renuncia a su propia vida a favor de la humanidad, después de este momento ya nada le pertenece en exclusiva, ni «su» tiempo, ni «su» voluntad, embarcada en una aventura divina trata de ir dando la vida paso a paso, con arreglo a un programa bien determinado: la vida monástica. Su vida está jalonada por los distintos oficios litúrgicos que van marcando y dando forma al diario vivir.

La monja sabe que está llamada a convertirse en corazón vivo y voz vibrante de la Iglesia que le encomienda su quehacer espiritual a favor de toda la humanidad, por medio de la oración.

La sangre viva que aportan a la Iglesia y por la Comunión de los Santos es muy importante y su vida es de una gran belleza. Sin embargo, actualmente, no cuentan con vocaciones jóvenes. Esta comunidad no necesita dinero, necesita de nuestra oración para que el Monasterio no desaparezca, para que después de 800 años pueda seguir viva.

Desde Jóvenes Católicos hacemos un llamamiento a todos nuestros seguidores para que nazcan nuevas vocaciones.

Te animo a que conozcas mejor esta orden religiosa entrando en este enlace