En los últimos tiempos que se está hablando tanto de los niños con Síndrome de Down, he encontrado en Revista Viva la Vida un testimonio de generosidad y entrega que merece la pena ser contado y divulgado.
Terry y Chiqui siempre tuvieron claro que querían realizar una adopción especial. Claudia nació con apenas 1’400 kg de peso, tenía síndrome de Down, muchos problemas de salud y había sido abandonada por sus padres biológicos. Tenía pocas posibilidades de salir adelante, pero el amor de una familia le hizo luchar por vivir.
Claudia nació prematura, con una cardiopatía severa que necesitó intervención quirúrgica y problemas respiratorios. Apenas le daban esperanza de vida. Pero este matrimonio decidió luchar por ella.
«En cuanto nos la entregaron, hicimos el método madre-canguro y eso le permitió salir adelante. Venía con un respirador, comía por sonda, no había abierto los ojos y sentir nuestro calor fue lo que le hizo aprender a respirar, porque acompasaba su respiración con la nuestra. Tuvimos que enseñarle a comer, al principio con gotitas como un pajarillo…»
«Quiero remarcar que estas personas alcanzan una autonomía importante, tienen una calidad de vida extraordinaria, son muy felices y dan mucha alegría. Son un regalo para la familia, porque permiten vivir la vida con unos ojos más puros y solo se fijan en lo importante».
Fue un proceso de amor. Por eso yo sé que el amor cura, porque lo he vivido.
Te recomiendo que leas el artículo entero en este enlace de la Revista Viva la Vida para que descubras la felicidad que hay tras una adopción que prometía ser complicada.