A veces te encuentras con historias en las que la realidad supera a la ficción. Ésta es la historia que nos trae Aleteia, la dos hermanas gemelas separadas al nacer y que acaban siendo religiosas en el mismo convento.
La madre de Elizabeth y Gabriela murió en el parto. Ante la dramática situación, su familia decidió que una se quedara una con el padre y la otra con una tía. Pero no sólo eso, sino que la peculiaridad de la forma en que se gestionó todo supuso que las dos hermanas quedaron registradas oficialmente como primas.
Coincidieron en el mismo colegio y las dos tenían la misma inquietud espiritual. Ambas descubrieron el secreto de su nacimiento cuando tenían 10 años. «Sin duda, fue una conmoción terrible para las dos, aunque entendimos que la intención de nuestros padres era buena y que nos querían de todo corazón”.
Ambas sintieron la llamada a la vida religiosa. Una de ellas obtuvo la bendición de su padre, pero la otra tuvo que escaparse de su casa ante la negativa de sus padres.
Te recomiendo que leas la historia completa en este enlace de Aleteia y descubrirás cómo actúa la Providencia si nosotros le dejamos.