Del Blog del instituto Coincidir he extraído esta entrada escrita por su directora, Mercedes Honrubia (@mhonrubiagn), y que puedes seguir en el enlace que te he dejado.
Mes de enero de 2018, ¡por fin vuelta a la rutina!, dejamos atrás los días repletos de comidas y cenas familiares, entre amigos y con compañeros de trabajo, de compras frenéticas y de luces de colores….miramos a la báscula de reojo y…horror! Parece que el peso no engaña, incluso algunas prendas de ropa de mi armario ¡¡¡ya no me sirven.!!!
Nos proponemos hacer dieta, apuntarnos a un gimnasio; sin embargo, todavía hay algo en nuestro interior que parece dejar un poso de nostalgia, incluso de melancolía, y que en el barullo de las fiestas no hemos conseguido resolver. Es un nudo que tenemos en nuestro corazón por ese conflicto enquistado o prolongado en el tiempo con la persona o personas que más queremos de nuestra familia. Y los días de Navidad han servido bien para difuminarlo con tanta fiesta aunque nos damos cuenta de que ahí sigue sin resolver, bien para agudizarlo…
Ahora es buen momento para hacer balance, para poner por escrito esos propósitos para el año que comienza, para pedir ayuda si hay algo que nos escuece en nuestro corazón.
Merece la pena parar, resetear y darse una oportunidad para cambiar aquello que no nos gusta de nuestra relación con esa persona que en su día era la más importante para nosotros y que, ahora, su presencia nos resulta casi indiferente, pasamos los días sin ilusión, focalizando todas nuestras fuerzas en la rutina diaria …..
Pues bien, enero es tiempo de estreno, de rebajas, de nuevos propósitos, de orden de armarios….de quitar aquellas prendas que ya no nos sirven, que nos quedan pequeñas, que están pasadas de moda y transformarlas para que nos queden mejor o cambiarlas por otras que sí necesitamos…y lo mismo ocurre con nuestro interior…enero es un buen momento para hacer autocrítica de mi actitud hacia los demás, en concreto hacia las personas que más cerca tengo, de mi actitud hacia mi familia, de mi manera de comportarme con ellos, de darme cuenta de si estoy posicionado en una trinchera en la que sólo me defiendo o si realmente puedo/quiero salir, sacar bandera blanca y buscar al otro, para hablar con esa persona, para generar soluciones a lo que nos pasa …darme cuenta de si realmente quiero querer a mis seres cercanos como ellos necesitan ser queridos o sólo me escondo en mi uniforme ( justo, por cierto, después de mirar a la báscula) y permanezco inmóvil, atrincherado, a la defensiva….
Habrá que ordenar, habrá que limpiar ese armario de ropa y de cosas inútiles que ocupan espacio, que acumulan polvo y que no nos dejan ver con claridad el fondo , y cuando consigamos poner todo eso en orden, muchas veces pidiendo ayuda para que nos enseñen, y abramos nuestro armario( nuestro corazón), seremos capaces de ver un lugar agradable, donde el “contrario”, nuestros seres queridos que veíamos de manera distorsionada, quieran acercarse para refugiarse, para buscar consuelo, para hablar de lo que les preocupa, de lo que les inquieta, de lo que les duele; porque lo que ahora ven les gusta, les resulta acogedor……y para ello hay que dar un primer paso…y ese primer paso está en ti y en mi, en cambiar la actitud, en salir de mi yo, para buscar un nosotros, para encontrarnos en el diálogo, para entender al otro en sus actitudes y en sus reacciones, para acercar posiciones……para comunicarnos….¿Aceptas el reto?
Mercedes Honrubia
