Descubrir que amar es servir. Philip Muller

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Normalmente, cuando tienes estudios superiores buscas trabajos que te gusten, que te den una buena posición económica, con una proyección profesional… Pero hay personas que tienen una visión superior de lo que es trabajar, y este es el caso que nos cuenta El País

Philip Muller estudió filosofía y fue periodista freelance. Pero cuando empezó a trabajar en un restaurante descubrió que su verdadera vocación estaba entre platos y no entre papeles. Éste es su testimonio.

El camarero es una persona que se dedica profesionalmente a servir. Como cualquier persona que trabaje, presta un servicio; pero, además, sirve. Sirve la mesa a sus clientes. Una profesión de este tipo incomoda en una sociedad individualista. Nadie quiere servir y hay muy buenas razones para negarse a hacerlo. La primera y principal es una pregunta: ¿por qué habría de servirte yo a ti?

Ha descubierto que servir a los demás, hacer lo posible para se vayan contentos, no felices, como él dice. Porque si entras por la puerta con deudas, la cuenta no disminuirá su saldo. Si has perdido a tu hijo, no lo recuperarás con el postre. Si te acaban de despedir, seguirás desempleado desde el aperitivo hasta el café.

«A cualquier camarero serio le centra la sonrisa de un cliente. Es bonito pelear por ella. Tan bonito e inútil como dejarse la piel por la sonrisa de un recién nacido», afirma el propio Muller.

Te recomiendo que leas el artículo entero en este enlace de El País porque te va a sorprender y te hará pensar: ¿Tu trabajo es servicio?