Casarse es más que estar enamorado

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Cope Religión ha publicado un artículo titulado «Casarse es más que estar enamorado». Y al verlo me he preguntado ¿Esto lo sabe la gente? ¿Lo tiene claro? Puede que lo sepas o no, pero siempre viene bien recordar lo que realmente es el matrimonio porque luego vienen las sorpresas:

El amor no siempre es bello y rosita. Porque la vida no lo es. Y por lo tanto el amor y el matrimonio es compartir esa vida. En lo bueno y en lo malo. Sobre todo, en lo malo.

El matrimonio por la Iglesia, por lo tanto, no es un mero trámite. No es un fiestón o un evento importantísimo. No es una cosa muy bonita que hago en un determinado momento de mi vida porque ‘toca’. No es cursi, no es simplemente un enlace, o un cambio de estado en la relación. Es muchísimo más. Es entregarse.

Es algo divino, es algo para siempre, es algo ¡divino! Es un sacramento. Y eso son palabras mayores. Eso significa que efectivamente el día que te cases será el día más importante de tu vida. Y que a esa persona te une algo mucho más grande que el simplemente ‘estar enamorado’. Es amor. Del de verdad. De ese que todos deseamos y que podríamos pensar que no existe. Ese al que aspiramos.

Amar para siempre. Parece imposible… si no entendemos en el fondo lo que es amar. Porque amar, tiene que ser ‘querer amar’. En la salud y en la enfermedad. Pues claro que habrá malos momentos. Y momentos en los que mires a la otra persona y no entiendas por qué te casaste con ella. y momentos en los que tienes la certeza de que no podrías vivir sin ella.

Al final es más que una elección. Elegir cada día a esa persona. Vamos a ser felices, y tendremos malos (malísimos) momentos en la vida. También si lo hacemos solos. La cosa es elegir con quién quieres vivirlos. Con la otra persona y Dios.

Te recomiendo que leas el artículo completo en este enlace de Cope Religión