Para casarse, mejor no esperar mucho

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Transcribo este post del blog Pensamientos de D. Fernando Hurtado Martínez:
Los millennials, esa generación que llegó a la mayoría de edad en los albores del siglo XXI, esperan más que sus antecesores para tomar la decisión de ponerse el anillo de bodas. Si entre los jóvenes de antes pasaba una media de cinco años entre el momento de conocerse y el de casarse, las parejas de 25-34 años se demoran seis años y medio.
La medición la realizó una fuente citada por el New York Times, y Melissa L. Braunstein, que escribe de familia y otros temas, reflexiona sobre el asunto en la web del Institute for Family Studies. Su consejo a los de esta hornada: que deberían formalizar sus relaciones cuanto antes.
Braunstein apunta que, en los años 70, las parejas se casaban a principios de la veintena –ellas a los 20,3 años; ellos a los 23–. ¿Por qué hoy tardan más? Entre los factores para que ese momento se esté postergando, la analista cita la creciente prevalencia de la cohabitación: según un informe de los CDC, en EE.UU., un 17,1% de las mujeres y un 15,9% de los hombres de 18 a 44 años vivían en 2015 en esa modalidad de unión.
“Es improbable que los estadounidenses vuelvan al modelo de los 70 en algún momento inmediato, especialmente los graduados universitarios”, reconoce, pero aporta seis razones por las que los jóvenes harían bien en darse el “sí, quiero” más temprano que tarde.
1. La cohabitación puede prolongar las relaciones frágiles. Es cada vez más frecuente que las parejas pasen a convivir poco después de conocerse, pero las que lo hacen sin un compromiso compartido pueden caer en la inercia, y la relación puede terminar disolviéndose.
2. El matrimonio y la felicidad van de la mano. Los casados son más dados a declarar en las encuestas que son felices. Cuando la General Social Survey pregunta a los estadounidenses sobre este punto, el 54% de las personas de bajos ingresos, el 56% de los trabajadores y el 65% de los de clase media dicen estar “muy felices” en sus matrimonios.
3. Demorar el casamiento no es un seguro contra divorcios. Antes de los 32 años, cada año adicional de matrimonio reduce las posibilidades de ruptura en un 11%. Para los que se casan después de los 32, estas se incrementan en un 5%, según análisis efectuados a partir del National Survey of Family Growth.
4. La espera ejerce presión sobre la fertilidad. A la biología no le importan nuestras preferencias personales o profesionales. Para cualquier pareja que desee tener una familia, ello significa que mientras más demore tener hijos, más difícil le será llegar al número deseado.
5. La perfección es como un unicornio. En la era de Instagram y Photoshop, que muestran vidas perfectas, es mejor enfocarse en alguien que te complemente, con sus fallos y demás. Una vez que encuentres a esa persona, no podrás imaginar no tenerla en tu vida.
6. La vida es breve. Si amas a alguien, asegúrate de que lo sepa. Celebra esa conexión interpersonal y no desprecies oportunidades de festejar y compartir esa alegría con otros.