Carta a la ministra Celaá sobre la educación diferenciada

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Ésta es una carta escrita por Vicente Morro López, presidente de la federación católica de asociaciones de padres de alumnos de Valencia, y a través del diario digital Las Provincias, a propósito de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la educación diferenciada:

Centrándonos en lo fundamental, déjeme decirle, señora ministra del Gobierno del señor Sánchez, que se equivoca usted. Quienes creemos en el Estado de Derecho, y lo respetamos, sabemos que el Constitucional acierta en su juicio sobre nuestro sistema educativo, analizado a la luz de la Constitución. Y lo hace en su recentísima Sentencia 31/2018, que sienta unas bases jurídicas, y realiza algunos análisis pedagógicos, diametralmente opuestos a casi todo lo anunciado en su comparecencia ante la Comisión de Educación y Formación Profesional del Congreso de los Diputados.

Comenzó diciendo que iba a «trabajar mucho para llegar a acuerdos», pero sin solución de continuidad anunció una serie de decisiones y medidas sin diálogo previo ni consenso alguno, ni con los partidos ni con la comunidad educativa, y por supuesto sin paso por ninguna mesa de pacto.

Especialmente lamentable el anticlericalismo decimonónico y obsesivamente enfermizo contra la asignatura de Religión, despreciando los derechos de sus docentes y de los miles de alumnos y padres que año tras año la eligen. Seleccionó mal usted su introducción: «no nos parece tampoco adecuado el tratamiento de la religión en nuestra legislación vigente». Eso, respetuosamente, no era relevante; lo relevante es si el actual tratamiento es ajustado a Derecho, especialmente al texto constitucional. La Sentencia antes citada, en su Fundamento Jurídico Sexto, dice que «las normas cuestionadas no vulneran el marco constitucional, como afirman los recurrentes, por haber configurado como asignatura la enseñanza de la religión», añadiendo que «ese sistema es también un cauce adecuado para el ejercicio por los progenitores del derecho a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones… ni la existencia de una asignatura de religión en los niveles de educación primaria y secundaria, ni la implantación de una fórmula de opción entre la asignatura de religión y valores sociales y cívicos/valores éticos -‘asignatura-espejo’, la llamó usted- son contrarias al texto constitucional». Ya ve, la Constitución, la legislación orgánica, multitud de tratados internacionales y sentencias, avalan lo que no les parece a ustedes «adecuado».

Por cierto, la diferenciada es la opción elegida y apoyada por mujeres como Hillary Clinton o Michelle Obama.

No vuelva a tomarnos por tontos queriendo convencernos de que todos entendimos mal sus manifestaciones sobre la educación concertada. Le entendimos muy bien; entendimos incluso su amenaza velada de que la concertada «puede estar, pero puede no estar… puede estar y puede dejar de estar».

La carta completa puedes leerlo aquí: Las Provincias