El Obispo de Rouen dice que el padre Hamel será beato muy pronto

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«Un santo», uno de esos «santos de la vida ordinaria» a los que se refiere el Papa Francisco. «Un hombre fiel», que pasaba los días y las noches anotando reflexiones sobre el Evangelio. Un sacerdote «afectuoso» con los parroquianos y que no dejaba de regañarles cuando llegaban tarde a la misa, «porque para él la Eucaristía era el momento fundamental del día». Una figura positiva, que entretejió buenas relaciones con los fieles, incluso de otras confesiones.

La voz de monseñor Dominique Lebrun, obispo de Rouen, se entrecorta cuando recuerda al padre Jacques Hamel, sacerdote de 86 años, y su bárbaro asesinato por parte de dos jóvenes extremistas del llamado Estado Islámico que lo degollaron mientras celebraba una misa matutina, en el momento de la consagración, además de otras cinco personas ancianas, en la parroquia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Rouen.

El Papa Francisco quiso ofrecer por él una misa de sufragio en la Casa Santa Marta, concelebrada con Lebrun y en la que participaron los familiares del párroco de Normandía: «El Padre Jackes Hamel fue degollado en la cruz, precisamente mientras celebraba el sacrificio de la Cruz de Cristo. Un hombre bueno, manso, fraterno, que siempre buscaba hacer la Paz ha sido asesinado como si fuese un criminal, un mártir», dijo Francisco en su homilía recordando que los mártires son santos. «Los cristianos que hoy sufren en la cárcel, con la muerte o con la tortura por no renegar de Jesucristo nos muestran la crueldad de esta persecución y esta persecución que nos pide la apostasía es satánica», añadió el Santo Padre, manifestando, por último, su deseo de que todas las confesiones religiosas reconocieran que «asesinar en nombre de Dios es satánico».

La causa de beatificación del padre Hamel comenzó un año después de su asesinato, el 13 de abril de 2017, gracias a la dispensa papal de los cinco años necesarios para la apertura del proceso. En abril de este año, visitando la Casa Santa Marta con un grupo de jóvenes de la diócesis en peregrinaje en Roma, el obispo se reunió nuevamente con el Papa: «Juntos recordamos el testimonio del padre Jacques. El Santo Padre dijo que nos apuráramos con la causa», dijo Lebrun a Vatican Insider.

Lo que se espera es ver dentro de poco al padre Hamel en los altares, puesto que se trata de una causa «por martirio», para la cual no es necesario que se reconozca ningún milagro.  Hemos encontrado 500 homilías «al leerlas, lo que me sorprendió es la sencillez y la frescura. El padre Hamel hacía que descubriéramos el Evangelio como una Novedad, como algo presente, nos convertía en contemporáneos de Cristo».

«Me sorprende –dice el obispo– que hayamos tenido en nuestra diócesis a un hombre de santidad extraordinaria, pero extraordinaria en su ordinariedad. El padre Jacques Hamel es, en este sentido, la encarnación de “Gaudete et exsultate” del Papa Francisco. Nosotros pasamos a su lado sin darnos cuenta, como decía una vez uno de sus sobrinos». «Después de haber cumplido 80 años, celebraba misa con gran fervor, siempre como si fuera la primera vez.

Su fama de santidad, subrayó el obispo, se ha extendido por el mundo como una mancha de aceite: todos le consideran en la actualidad «hombre de fe al servicio de toda la población, más allá de la pertenencia religiosa».

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Puedes leer la noticia original aquí: Vatican Insider y aquí: Vatican News