«Os invito ahora, a cada uno personalmente, a que dirijáis una confiada petición a Dios, como el ciego de Jericó: ¡Señor, que vea!, que vea cuál es tu voluntad para mí en cada momento y vea en qué consiste el designio de amor para toda mi vida, que es mi vocación…»
Con estas palabras se dirigía Juan Pablo II a los jóvenes.
Te invito a ver este vídeo para que reflexiones delante de Jesús y podáis ver juntos, lo que Él te pide.
Fuente: Juan Pablo II y la vocación