El padre Paco Martínez-Soria Ramos, hijo del popular actor Paco Martínez Soria, vive retirado como monje de clausura en el Monasterio en Poblet. Es una persona muy amable, cercana y con sentido del humor. Tiene escuela.
El Periódico nos ofrece una entrevista para que le conozcamos un poco mejor y de la que os ofrecemos un estracto:
-Paco Martínez Soria. Me suena su nombre.
-Cuando nací me pusieron Francesc d’Assís Martínez Ramos. Hasta que mi padre dijo que, como yo no tenía hijos y tengo 3 hermanas, quería que su apellido no se perdiera, y lo arreglaron para llamarme ‘Martínez-Soria Ramos’, con guion.
-Explíqueme su trayectoria.
-Empecé la carrera de Farmacia porque me encantaba la ciencia. Seguí en contacto con los escolapios que me habían formado como cristiano y creamos el Centro Escolapio de Montaña, donde sentí la vocación de enseñar a jóvenes. A los 21 empecé mi carrera sacerdotal y en el 62 me ordenaron sacerdote.
¿No acabó Farmacia?
-No, estudié 2 años. Mi padre me dijo: «Hombre, yo pensaba que serías un buen farmacéutico y ahora resulta que quieres ser cura…». Le costó digerirlo, pero al final fue quien mejor entendió mi religiosidad. Cuando en los 60 algunos escolapios lo dejaban, me llegó a decir: «Hijo mío, no me darás el disgusto de dejar lo que tanto me costó aceptar».
¿Por qué dio el paso a monje?
-Una vez vine a Poblet de retiro espiritual con jóvenes que querían ser sacerdotes. Era la primera vez que pisaba Poblet y aquella tarde pedí quedarme. A un escolapio le dije: «Te digo una cosa muy seria: como escolapio no voy bien, quiero cambiar de vida y ser monje aquí». Me contestó: «Estás loco». Ahora que llevo aquí 28 años lo recordamos y bromeamos.
¿Por qué «no iba bien»?
-Para ser un buen escolapio hay que ser un buen monje: oración, vida privada, clausura…y yo salía mucho: tenía moto, iba a bañarme a la playa cada día, era profesor de judo…yo pienso que había arrinconado un poco a nuestro Señor.
¿Cómo es su día a día?
-Me levanto a las 3:50 h y rezamos varias veces hasta la noche. También trabajo en la lavandería haciendo la ‘calçotada’, es decir, doblando calzoncillos (ríe). Vivimos en clausura pero no estamos desconectados: quien quiere lee el diario, escucha la radio o tiene móvil.
La entrevista completa la puedes leer aquí:https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/20180415/quien-mejor-entendio-mi-religiosidad-fue-mi-padre-6757683