Durante el noviazgo, los enamorados sienten al otro como alguien muy especial, con la esperanza de que tenga visos de futuro. Sin embargo, se trata de un periodo de prueba en el que tienen que conocerse mutuamente y valorar su nivel de compatibilidad.
La calidad del noviazgo depende de la aportación de ambos. Para consolidar una relación hay que cuidarla, mostrando un interés constante por la otra persona. Cuando se acumulan descuidos que, individualmente parecen no tener importancia, unidos pueden volverse letales.
1. Hay que saber disfrutar de todo
La felicidad depende de la actitud que tomemos ante las diferentes situaciones de la vida. No podemos desperdiciar los buenos momentos, pues los malos llegarán y habrá que afrontarlos deportivamente. La actitud positiva se entrena.
Cada etapa de la relación tiene sus particularidades y hay que aprender a disfrutar cada una de ellas. Es fundamental pasarlo bien juntos.
Hay que intentar decir y hacer con frecuencia cosas agradables que muestren afecto, pues provoca bienestar tanto a quien lo dice como a quien lo recibe. Los detalles emocionales tienen un efecto potenciador en las relaciones: un piropo, una caricia, un beso, un mensaje… pueden resultar reconfortantes.
2. Hay que evitar la queja constante
Es normal que existan momentos de insatisfacción que provoquen una queja justificada, pero no podemos tomar la queja como formato para manifestar tu disconformidad.
Cuando la relación de noviazgo funciona, las satisfacciones son superiores a los sinsabores que se puedan generar por las posibles diferencias existentes.
3. Dar y recibir cariño
Aunque en el amor se da sin esperar nada a cambio, es inevitable sentir soledad cuando de forma constante recibes menos de lo que ofreces. Esta desigualdad produce frustración y desgaste. En muchas ocasiones, el otro no sabe qué necesidades tienes de afecto y es necesario verbalizarlo. Para quererse hay que conocerse.
En muchas ocasiones puedes percibir que, por un motivo u otro (amigos, aficiones…), la actuación del otro demuestra que siempre hay algo más importante que tú.
Cuando todavía no tienes confianza con tu pareja, no eres capaz de expresar lo que necesitas para sentir ese afecto. Eso puede generar inseguridad: Me escribe poco, no nos vemos mucho, no me incluye en sus planes… Todo lo puedo sentir como una falta de amor, aunque realmente no lo sea.
4. Cuidar los detalles
No podemos descuidarnos. La rutina es peligrosa y puede llevar a sentir desinterés o falta de ilusión. El amor se alimenta de continuos detalles para que el otro vea tu interés y preocupación. No hacen falta cosas extraordinarias.
Un amor te conviene cuando te aporta paz interior, cuando te hace crecer como persona dando sentido a tu vida. Si por el contrario, lo que se experimenta constantemente es tristeza y soledad, la relación no conviene por muy gratificantes que resulten las reconciliaciones.
5. Conocimiento mutuo
Para quererse hay que conocerse, y para conocerse, comunicarse. Tienes que recordar que amar de verdad es poner la felicidad del otro por delante de la tuya. Hay que saber muy bien qué, necesita la otra persona para sentirse querida y qué cosas pueden herirle. Para eso hay que hablar, no suponer. Una comunicación poderosa permite un conocimiento más profundo del otro y tenemos así más probabilidades de acertar. Compartiendo se solidifica la relación, porque cada vez se tienen más puntos en común y se genera confianza.
El proceso de apertura de la intimidad emocional requiere su tiempo y debemos ser pacientes. No es necesario decir todo lo que se piensa. Hay que dejar espacios para la intimidad absoluta.
Es necesario autoconocerse y conocer los defectos y virtudes del otro con realismo y sinceridad. Después hay que aceptar al otro como es, pero eso no significa renunciar a una mejora personal. No puedes justificarte con un “lo siento, yo soy así…” El noviazgo tiene que ser un camino de crecimiento mutuo, y el amor es el principal motor de cambio.
El verdadero conocimiento de la intimidad del otro, genera confianza y da seguridad. Una persona que vive como piensa, una persona coherente con sus valores, transmite confianza, porque es predecible su forma de actuar.
6. La comunicación es vital
Cuando la relación no tiene contenido, deja de tener sentido y genera gran insatisfacción. Es necesaria una buena comunicación, para profundizar en el conocimiento de la persona a la que quieres hacer feliz. Eso requiere tratar temas de consistencia, que permitan el conocimiento real del otro.
Para ahondar en la intimidad es de vital importancia reservar espacios para los dos, en los que os dediquéis tiempo para conversar, conociendo más el uno del otro y desarrollando la intimidad emocional. El aburrimiento cuando estáis solos muestra una pésima calidad de la relación.
En la comunicación no solo hay que hablar. Es tanto o más importante practicar una escucha activa que trate de entender a tu pareja con empatía. Escuchar ayuda a que el otro se sienta valorado.
La comunicación visual tiene una calidad superior a la que se desarrolla a través de los medios de comunicación.
7. Expresa tus emociones y sentimientos
Es importante expresar nuestros sentimientos y no pensar que son evidentes. Tu pareja tiene que conocer los efectos que tienen en ti las diferentes situaciones, las acciones que realiza y sus palabras.
El amor se demuestra con obras, pero también son importantes las palabras. Un “te quiero” siempre es necesario, nada se puede dar por supuesto.
Al inicio de las relaciones, resulta difícil demostrar con sinceridad tus sentimientos y ser generoso en tus afectos, puesto que no sientes seguridad respecto al nivel sentimental en el que se encuentra la otra persona.
Es normal que haya muchas cosas de tu pareja y de la relación que no te gusten. Lo mejor, es aprovechar momentos buenos para comentarlo y ponerle remedio si es posible. Si no lo hacemos pronto llegarán el hastío, las quejas y los reproches.
No debemos idealizar el amor pensando que siempre puede haber algo mejor, ni comparar relaciones, porque no conocemos todos los datos. En muchas ocasiones las apariencias engañan.
8. Equilibrio entre pareja y amigos
El éxito en las relaciones de noviazgo radica en mantener un equilibrio entre las amistades (propias y comunes) y tu pareja. Es importante mantener los vínculos de amistad de cada uno, sin descuidar a tu novi@ y reservar espacios a la pareja sin que eso suponga un aislamiento. Quien te quiere de verdad, busca que seas feliz, y se alegra de que disfrutes aunque no esté presente.
Es necesario mantener un espacio individual. La libertad es esencial en el amor y debes tener tu espacio, tus planes, tus amistades y compatibilizarlo con tu pareja.
9. Las discusiones y el respeto
Con el paso del tiempo los conflictos son inevitables. En el noviazgo hay que aprender a discutir y analizar cómo son nuestras discusiones: el tono, las palabras, capacidad de autocontrol…. Respetar es tratar con la dignidad requerida. Una falta de respeto realmente es una falta de amor.
No es normal no discutir, pero tampoco lo es no dejar de hacerlo.
Es importante a la hora de discutir, saber pedir perdón. El tiempo no arregla las cosas por arte de magia y el perdón es una muestra de amor.
¿Cómo vas con todo esto?