Un pequeño gesto diario salvó su matrimonio

Noticias

El novelista Richard Paul Evans -autor de bestsellers como La Caja de Navidad o El Don– no sólo utiliza el blog de su página oficial para hablar de sus publicaciones, también se ha sincerado en él en alguna ocasión, como cuando contó cómo salvó su matrimonio porque cree que su testimonio podía servir a otras parejas. En ese post, explica que, después de 21 años de matrimonio, la tensión en la relación empeoró tanto “que salir de gira por el libro se convirtió en un alivio”. Un día, en mitad de unos de esos viajes de promoción se derrumbó. “Por mucho que odiara la idea del divorcio, el dolor de estar juntos era demasiado”, relata. “En lo más profundo de mi desesperación, me llegó una poderosa inspiración. No puedes cambiarla, Rick. Solo puedes cambiarte a ti mismo”, pensó, y se puso manos a la obra. A la vuelta de ese viaje, le preguntó a su mujer: ¿Qué puedo hacer para mejorar tu día?

Al principio, ella no entendía muy bien el propósito de aquella pregunta y las respuestas giraban en torno a las tareas domésticas: «Limpia la cocina», «recoge el garaje». Él obedeció y siguió preguntando cada día. Ella le pidió que dejara de hacerlo pero él insistía: “Lo hago porque me preocupo por ti y nuestro matrimonio”. Y siguió haciendo la pregunta cada día hasta que durante la segunda semana ocurrió un milagro: “Cuando le hice la pregunta, los ojos de Keri se llenaron de lágrimas. Rompió a llorar y cuando pudo hablar dijo: «Por favor, deja de preguntarme eso. Tú no eres el problema. Yo soy. Es difícil convivir conmigo. No sé por qué te quedas conmigo». Cuando él le explicó que todo se trataba de que la quería, ella por fin contestó a la pregunta: “¿Podemos pasar más tiempo juntos?”

Todo empezó a cambiar excepto la pregunta que continuaba siendo diaria y que ahora se la hacían el uno al otro. “Las paredes entre nosotros cayeron. Comenzamos a tener discusiones sobre lo que queríamos de la vida y cómo podríamos hacernos más felices. No resolvimos todos nuestros problemas. Ni siquiera puedo decir que nunca volvimos a pelear. Pero la naturaleza de nuestras luchas cambió. No solo eran cada vez menos frecuentes sino que carecían de la energía que alguna vez tuvieron”, detalla en el blog, donde asegura que ahora “muchas de sus diferencias se han convertido en fortalezas” y que han aprendido a cuidarse el uno al otro.

Curiosamente, Richard Paul Evans reconoce que ha escrito algunas novelas donde idealiza el amor cuando ahora tiene claro que «el verdadero amor no es desear a una persona sino desear su felicidad». Algo en lo que está totalmente de acuerdo el psicólogo Raúl Padilla, experto en terapia de pareja: «Deberíamos ser educados desde pequeñitos en valores y recibir herramientas emocionales y vitales para saber qué queremos y pedirlo, y buscar y compartir y, llegado el caso, decidir que no más con una sonrisa y un beso. En las parejas que vienen a consulta falla irremediablemente la idea del amor romántico eterno que todo lo puede, falla también la idea estereotipada de los sexos como algo estanco e inamovible, fallan las creencias mágicas que nos llevan a pensar que alguien puede cambiar o que por amor se puede/debe aguantar todo».

«Todas las personas que acuden terapia de pareja lo hacen porque han perdido el contacto emocional con su pareja, ya no se sienten seguros en su relación, aparecen los miedos cuando sentimos al otro emocionalmente inaccesible», explica la terapeuta Itziar Arana que señala que siempre, de fondo, está «la necesidad de saber que el otro está ahí para nosotros y nos responderá si le necesitamos». Así que parece que Evans dio en el clavo y Jorge Dexler sabe lo que dice cuando canta que «cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da».

Fuente: Cadena Ser

http://cadenaser.com/ser/2018/02/13/sociedad/1518538439_855674.html