Esta es una historia real aunque parezca que bello es vivir.
Madre, hija y abuela convivían en una pequeña vivienda en el barrio La Plana del Pintor en Sabadell (Barcelona). Un día de noviembre, la pequeña de la casa, de 13 años, marcha al colegio y se deja la estufa encendida muy cerca del sofá. La llama prende y empezó un pavoroso incendio. En la habitación, la madre sigue durmiendo sin darse cuenta de lo que sucede. Su vida corre peligro mortal. De repente, un ruido la despierta. El perro de la familia está ladrando. Abre los ojos, mira a su alrededor y se da cuenta: está rodeada por las llamas. Tiene apenas segundos para reaccionar. Sale corriendo y consigue escapar. Mira atrás. Solo un segundo de alivio antes de darse cuenta de que lo ha perdido todo. Ni ropa, ni muebles, ni techo. No les queda nada.
Alonso, su vecino, ve el humo en la distancia: “Te acercas y una de las viviendas estaba ardiendo. Contacté con los dueños, hablé con la abuela, me explicó que no tenían seguro y ella tenía una pensión.” Como ha contado en ‘La Tarde’, decidió contactar con los vecinos y contarles la situación de la familia.
Uno de ellos, Alberto, albañil, saca cualquier rato para ayudar en la reconstrucción de la vivienda: “Hacemos todo gratis. No le deseo a nadie que le pase esto. Una familia que apenas tiene para subsistir…tenemos que volcarnos los vecinos. Son gente muy humilde y lo agradecen mucho.”
La solidaridad que han demostrado los vecinos es el mejor regalo de Reyes que esta humilde familia de Sabadell podría recibir.