El startups del Papa Francisco

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A más de 10.000 kilómetros de San Francisco existe un nuevo Silicon Valley. Está en el corazón de Roma y su impulsor es nada menos que el papa FranciscoLaudato Si’ Challenge es una iniciativa que pretende desarrollar startups centradas en proyectos éticos y sociales. Cuenta con el apoyo del Vaticano y, aunque quizá sea aún precipitado compararlo con el polo tecnológico más importante del mundo, el objetivo de sus creadores es que se asemeje todo lo posible al gigante estadounidense y ayude a crear un tejido empresarial capaz de mezclar beneficios y vocación social.

En junio de 2015, el Papa Francisco publicó su segunda encíclica. La tituló Laudato si, en honor a la frase inicial del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís, el nombre elegido por Jorge Mario Bergoglio tras ser elegido Pontífice en 2013 y un santo reconocido por su defensa de la Creación. El texto, conocido también como ‘la encíclica verde del Papa’, tuvo una gran repercusión ya que suponía la primera encíclica ecológica en la historia de la Iglesia. En ella, el Papa Francisco reflexionaba sobre el medio ambiente, los desafíos a los que se enfrentaba la humanidad, y advertía del riesgo de destrucción de la Tierra, ‘nuestra casa común’, y de un cambio en las relaciones de la economía global y los poderes públicos con el medio ambiente.

Las palabras del Pontífice impactaron profundamente al empresario norteamericano Stephen Forte (Nueva York, 1972), presidente del fondo de inversión VC Fresco Capital y fundador de la primera incubadora de startups de Hong Kong. Aunque Laudato Si’ Challenge cuenta con la colaboración del cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el desarrollo humano integral y, por tanto, con la bendición del Vaticano, detrás de la iniciativa se encuentra un grupo de fondos de capital riesgo internacionales liderados por Forte y por el también empresario Eric Harr, fundador y CEO de Imagen Ventures.
Laudato Si’ Challenge pretende desarrollar startups de todo el mundo que ofrezcan ideas innovativas que, además de obtener beneficios económicos, contribuyan “a mejorar el mundo”. La iniciativa cuenta, además, con el apoyo de la ONU. La misión de las empresas participantes tiene que estar relacionada con uno de los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda de las Naciones Unidas para combatir la pobreza, las desigualdades y la discriminación. Más de 300 compañías de todo el mundo presentaron su candidatura para formar parte de Laudato Si’ Challenge. La selección concluyó en septiembre y las semana pasada los mejores nueve proyectos fueron presentados en el Vaticano. Los emprendedores elegidos han recibido para llevar a cabo sus proyectos una financiación de 85.000 euros aproximadamente y la asesoría de un mentor durante seis meses, dos de ellos en el Vaticano. A cambio, los inversores recibirán entre un 6% y un 8% de las ganancias.
Una de las primeras seleccionadas es Protrash, una empresa fundada por cuatro mujeres mexicanas que compra basura de personas con escasos recursos a cambio de bonos de comida o medicinas. Con el reciclaje de la basura adquirida, obtienen beneficios que invierten de nuevo en mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos en México. O Aqus, una startup que ha desarrollado un sistema para potabilizar el agua sin necesidad de complicadas tecnologías.
En un largo artículo publicado en Medium, Forte aseguró que “este acelerador es nuestra respuesta al desafío planteado en la encíclica de Su Santidad el Papa Francisco dirigido a compañías con fines de lucro que se centran en los valores de Laudato si”. El empresario, que estudió en los franciscanos y se licenció en la Universidad de Nueva York, ha fundado con éxito a lo largo de su carrera varias empresas tecnológicas como Corzen, que en 2007 vendió a Wanted Technologies, o Zagat Suvery, que fue adquirida por Google en 2011. Apasionado de la montaña, cada año viaja al Everest para disfrutar de dos de sus mayores pasiones: la escalada y la beneficencia. En Nepal ha colaborado con una asociación dedicada a la construcción de una escuela en una área rural del país.
“El Vaticano se preocupa profundamente de la misión llevada a cabo por las empresas y es parte del debate sobre la inversión y su futuro a nivel global”, asegura Forte. “Por otra parte, en su reciente discurso en el TED Talk, Su Santidad el Papa Francisco exhortó a las empresas a mejorarse”. El empresario se refiere al discurso que el Papa Francisco pronunció a través de vídeo-conferencia durante la última reunión de este encuentro celebrado en Vancouver (Canadá), en el mes de abril. En su mensaje el Papa pidió a los participantes que trabajaran para que la innovación favorezca la inclusión social. “Sería bueno –dijo el Pontífice– que el crecimiento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiese también a una mayor igualdad e inclusión social”.
Las palabras del Papa, unido al texto de su encíclica, fueron el empujón definitivo para que Stephen Forte se lanzara a innovar, a la sombra del ‘Cupolone’. “Como empresario, como padre de familia y como ciudadano del mundo no podía permanecer insensible al llamamiento del Papa. Es necesario hacer todo lo posible para que la innovación tecnológica contribuya a mejorar el estado de salud del planeta y de la humanidad”, dijo Forte, de orígenes italianos pero radicado en Palo Alto (California), donde reside con su mujer y su hija.
Esta no es la primera iniciativa en apoyo de la innovación que se lleva a cabo más allá del Tévere. Desde hace algunos años el Vaticano promueve Scholas Labs, un programa para apoyar a emprendedores que fomenten proyectos educativos destinados a la integración. El proyecto está patrocinado por la Fundación Scholas Occurrentes, que nació en Argentina en 2011 cuando Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires.