Conquistado por la Virgen para cantar las maravillas de Dios. Connor Flanagan.

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Su infancia transcurrió en una granja de tres hectáreas (7 acres) en Richfield (Ohio, USA). Etapa plena de afecto y gratos recuerdos junto a sus dos hermanos y hermanas, ya corriendo por el bosque o disputando partidos de básquet atrás del granero.  “Era el lugar perfecto para criar niños”, afirma Connor Flanagan. También la música -agrega- formaba parte de las reuniones familiares. “Desde muy joven empecé a tocar el tin whistle irlandés y en la escuela media empecé a tocar la guitarra”.

Los Flanagan eran emigrantes irlandeses que vivían con devoción su fe católica gracias a la constancia de la madre. Flores recién tomadas adornaban la mesa de la cocina en las fiestas de guardar que se celebraban como los cumpleaños. Notas escritas con breves oraciones a Dios y la Virgen saludaban a los niños en los espejos del baño por las mañanas. «Estaba inmerso en pequeñas alegrías de fe», recuerda Connor. «No conocí otras opciones porque nunca las necesité».

Cosas del mundo

Cuando llegaron los años de la adolescencia continuó siendo un predilecto de Dios, aunque aún no lo descubría. Era exitoso en los estudios y destacado jugador de baloncesto en el St. Ignatius High School, pero esto no le satisfacía por completo. Hasta que, leyendo una biografía de San Ignacio de Loyola, Connor sintió con fuerza el llamado a darse por entero a Dios. ¿Sería sacerdote? se preguntaba y comenzó a participar regularmente de la Eucaristía, tomando roles de liderazgo en los retiros… «El Señor me guiaba a través de ese tiempo. Tenía una mano poderosa. Nunca tuve dudas respecto a cuáles eran las cosas de este mundo y cuáles las de Dios».

Luego, con el paso del tiempo, las ocupaciones académicas lo alejarían de esas inquietudes espirituales tras ingresar a la Franciscan University of Steubenville (al paso de los años obtendría una licenciatura en Marketing y además una maestría en Teología), donde también continuó destacando en el baloncesto.

El rap de las Letanías

Pero la fe era parte de su ADN y poco a poco regresó a Dios. Disfrutaba  -confidencia- del asistir regularmente a misa, la confesión, el rezo del rosario y otras prácticas espirituales junto a un grupo de jóvenes estudiantes…  «Cambió mi vida. Nunca he experimentado una hermandad tan auténtica»… Cierto día, mientras rezaban las Letanías de la Bienaventurada Virgen María, se sintió impresionado por el fluir y el ritmo de la misma. Se emocionó Connor. «Vaya, esto podría convertirse en un rap…», recuerda que pensó. Así nació su primera canción: Sweet Maria,»una oración sencilla», explica, que con ritmo de rap «tenía el propósito de llevar al oyente a conversar con la Madre de Dios».

Finalmente la frase… “cuando Dios abra una puerta, camina a través de ella” -que poco antes  le había dicho un amigo- animó, señala Connor, su incipiente decisión por ser un trovador de las maravillas de Dios.

“Dios tomó mi vida”

Comenzó así un trayecto -confidencia- esmerándose por hacer producir este don recibido de  Dios. En el otoño de 2012, presentó su primer álbum EP «Acoustic Flow«, en iTunes. Y a partir del 1 de febrero de 2014, después de un tiempo buscando el ‘flow’ que Dios le proponía, celebró el lanzamiento de su segundo álbum titulado: «Close to You«. La inspiración para este trabajo le vino mientras oraba con el libro de los Hechos, y se sintió impactado por la fe de los Apóstoles. “Reflexioné… si no soy mejor que ellos y no son mejores que yo; si sobre estos hombres se fundó nuestra Iglesia… ¡Hay esperanza para mí! Pecador como soy, mientras esté cerca del Señor, luchando, estoy bien».

Connor considera a la música como «una de las herramientas evangelizadoras más efectivas», porque «rompe las barreras… une… logra conmover el corazón de la gente. Para mí la música y Dios siempre estuvieron conectados. Creo que Dios tomó mi vida a través de la guitarra. Así que cuando llega el momento de grabar un álbum, no escribo para encajar en ningún estilo musical… sino que espero te muestre cómo Cristo no es una elección, sino una necesidad”, afirma al finalizar…

Connor Flanagan contrajo matrimonio el año 2016 y ha sido padre este año 2017. Su última composición hace honor en el título a un espacio espiritual recurrente en la historia de la Salvación, tal como lo vivió Jesús mismo. Se trata de “Mountains” que puedes consultar en su pagina web.