El Santo Padre ha prolongado el ministerio de la reconciliación y el perdón renovando el decreto por el que nombró a los “Misioneros de la Misericordia” para el Año Santo de la Misericordia.
Por tanto, los misioneros que aparecen en el listado continuarán desempeñando ese ministerio con las facultades que el Papa les ha concedido en sus respectivas sedes, tal y como puede leerse en la Carta del pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.
En ella se indican las actitudes que se recomiendan a todo confesor: “acogedor con todos; testigo de la ternura paterna, no obstante la gravedad del pecado; solícito en ayudar a reflexionar sobre el mal cometido; claro a la hora de presentar los principios morales; disponible para acompañar a los fieles en el camino penitencial, siguiendo el paso de cada uno con paciencia; prudente en el discernimiento de cada caso concreto; generoso en el momento de dispensar el perdón de Dios; magnánimo de corazón (cf. Misericordia et Misera, 10).