Se vende recién nacido (aún en fase de gestación). La gestante tiene 21 años. A fecha de hoy se encuentra en el quinto mes de gestación. El método de inseminación fue fecundación in vitro (F.I.V.) con gametos (óvulo y espermatozoide) obtenidos por donación anónima. Tan solo sabemos que se trata de donantes caucásicos, menores de 26 años, con buena salud y sin historial de enfermedades genéticas ni congénitas en sus familias de primer grado.
El embarazo está transcurriendo con normalidad y está bajo seguimiento médico por parte de uno de los más prestigiosos ginecólogos del país. El parto se producirá en el hospital que decidan los contratantes.
El precio se acordará.
Si están interesados en llegar a un acuerdo, lamento informarles de que, lógicamente, lo expresado hasta aquí es pura ficción.
La compraventa de seres humanos está, lamentablemente por poco tiempo, prohibida en España. Ya es legal (aunque ni legítima ni ética) en en Estados Unidos, Canadá, Rusia, Grecia y Portugal entre otros países.
Se conoce como “gestación subrogada”. La única diferencia entre la situación planteada más arriba y el eufemismo que utilizan los que defienden esta forma de compraventa de seres humanos es que en el primer caso el supuesto embarazo ya estaría en marcha mientras que para el segundo supuesto el contrato se debe establecer antes del comienzo de la gestación. Esa es la única diferencia.
A pesar de haber considerado esta situación concienzudamente no consigo encontrar una diferencia cualitativamente significativa en que el contrato se haga antes o después de que comience la gestación.
No entiendo porqué se puede considerar éticamente aceptable un contrato de compraventa de seres humanos si se firma antes del comienzo de la gestación, pero no así si se firma después. Ni siquiera consigo entender cuál sería la diferencia en el caso de que ya se hubiera producido el parto.
En cualquier caso implica la entrega de un niño a unas personas que NO son sus padres a cambio de un montante económico.
Tampoco entiendo la diferencia que podría suponer que se realice esa compraventa de seres humanos en el caso de que los compradores no pudieran tener hijos propios por cuestiones de salud. Aceptar este caso implicaría admitir que el fin – tener hijos – justifica los medios – compraventa de seres humanos.
Esta idea parte de una peligrosísima visión que se está introduciendo en nuestra sociedad según la cual los hijos son un derecho. “Cualquiera tiene derecho a tener hijos”, y como es un derecho, cualquier método para obtenerlo sería lícito.
Tener hijos NO es un derecho. Los hijos tienen derecho a la VIDA – derecho que en el año 2015 en España fue negado a 94.188 niños (258 abortos al día) -, pero ningún ser humano tiene el derecho a tener hijos. Ninguna convención, carta, o listado de derechos humanos así lo establece, por cuestiones evidentes, simples y lógicas.
Y hablo siempre en plural, compraventa de sereS humanoS, porque es evidente NO SOLO se compra un niño, sino también se compra una madre. No es un alquiler, el alquiler es temporal. La mal llamada gestación subrogada o vientre de alquiler implica una compra de la madre (la gestante) para siempre.
Una mujer que ha gestado un niño y le ha dado a luz no volverá a ser la misma nunca más. Su biografía – su persona – ha cambiado para siempre.
Gestar y parir a un niño no puede compararse con bajar a comprar aceite o con hacer un master.
Aunque esa mujer entregue con pleno uso de sus facultades, “libre y voluntariamente (voluntad económica)” al niño, nunca dejará de saber que ES madre de alguien a quien entregó a cambio de dinero.
La mente humana es maravillosa y los mecanismos de defensa que utilizamos son eficacísimos en mantener acallados aquellos datos, sentimientos, emociones y vivencias que pueden alterarnos emocionalmente, pero la verdad no podrá borrarse de su ser.
Dentro de poco la compraventa de seres humanos, mal llamada “gestación subrogada” será una realidad en España y en gran parte de lo que llamamos el primer mundo.
Una muestra más de la grave degradación moral que se está produciendo en nuestra sociedad. Todo vale, todo tiene un precio. Incluso las personas. Y lo toleramos impasibles, como si tal cosa.
No son pocos los poderes políticos, especialmente partidos de nuevo cuño (aunque cuenten con siglas de hace más de cien años), que pretenden equiparar la legalidad a lo éticamente aceptable. Y lo estamos tragando sin rechistar.
Era de esperar. A partir de una sociedad que ha admitido con asombrosa facilidad la muerte provocada de niños en el vientre de sus madres todo, absolutamente todo, puede ser admitido.
También veremos en breve la aceptación del asesinato de ancianos y personas con discapacidad física y/o intelectual bajo el epígrafe de “eutanasia”.
Hay quien cree que el ecologismo, la defensa de los animales y otras batallas que ahora están de moda son una muestra del avance moral de nuestra sociedad. Yo creo que son mecanismos de defensa para ocultar que en nuestra sociedad hemos admitido la degradación absoluta de la persona hasta aceptar la muerte de niños en el vientre materno, la compraventa de seres humanos llamándola gestación subrogada y el asesinato de ancianos y personas con discapacidad bajo la idea pervertida de “ahorrarles sufrimientos” y seguimos durmiendo a pierna suelta.
Por cierto, no quiero terminar esta breve reflexión sin mencionar, pero nada más que eso, que son tantas, tan grandes y tan evidentes las diferencias entre la compraventa de seres humanos a través de la gestación subrogada y la adopción que su comparación – no digamos ya su equiparación – solo puede ser hecha desde el maniqueísmo más manipulador o desde una grave simpleza intelectual y por tanto en ningún caso merece ser considerada.
Nacho Calderon
Fuente: https://educarconsentido.com/2017/09/25/vendo-bebe-recien-nacido-precio-a-convenir/