Barbara es una joven profesora universitaria de la Universidad de Turín que al ir a renovar su contrato con la universidad, después de 15 años y de cobrar 1100€ al mes, ha tenido que dejarlo porque al decirles que estaba embarazada no han querido que continuara trabajando.
En diciembre la universidad de Turin le había dicho que se había creado una bolsa de trabajo para que pudiera seguir colaborando con la universidad. En enero, y cuando ella pensaba que podría seguir contando con ese trabajo, les dijo que se había quedado embarazada a lo que los responsables universitarios le contestaron que entonces la situación había cambiado y que no podían contar con ella.
Barbara ha seguido con el embarazo y esta en su último mes aunque su situación laboral sea muy precaria. Sin embargo, antes estas situaciones muchos nos preguntamos si esto no es una nueva forma de discriminación y si, como le dijo el rector de la universidad, no se deberían cambiar algunas leyes para favorecer que las mujeres que quieren ser madres lo sean.