La Iglesia en Filipinas da refugio a los desprotegidos de la guerra de la droga

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Atrapados en medio de una brutal guerra contra las drogas en Filipinas, la población en riesgo de ser asesinados acuden con mayor frecuencia a los refugios proporcionados por la Iglesia Católica.

Desde el verano pasado, más de 7.000 personas, sospechosas de ser drogadictas o traficantes, fueron asesinadas en el marco de la lucha del gobierno contra el tráfico de drogas. Los ataques a menudo los realizan pistoleros en motocicletas durante las noches.

Esta semana, The Guardian informó que muchos sacerdotes católicos están ofreciendo sus iglesias como refugios para las personas que figuran en las “listas de la muerte” del gobierno o para aquellos que creen que serán atacados.

La Iglesia conecta a estos pobladores con una red subterránea de personas que proporcionan refugio y ayuda, como el encontrarles empleo.

Un sacerdote, el P. Gilbert Billena, dijo a The Guardian que al principio estaba a favor de la guerra contra las drogas e incluso votó por el presidente Duterte, «pero no esperaba este resultado», aseguró. Ahora ofrece refugio a los que están en peligro.