Don Julián Lozano, sacerdote: “Lo que necesita la juventud católica es la autenticidad”.

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Don Julián Lozano es un joven sacerdote de la diócesis de Getafe, vicario de la parroquia de Santa María Magadalena, en Ciempozuelos, donde empieza su nueva andadura, pues antes estuvo en Leganés. También periodista, es el director de “Rompiendo Moldes”, programa de Radio María, forma parte del proyecto #iMision y en Cope presenta “El espejo de la Diócesis de Getafe”. Pero esto son solo pinceladas de todo lo que hace… Esta semana tenemos la suerte de ocupar unos minutos de su apretado horario.



En una de sus entradas explicaba por qué no había actualizado antes su blog, De Profundis. Usted es un hombre muy ocupado. Muchas gracias por estar con nosotros, don Julián. ¿Qué es lo primero que hace al levantarse? ¿Y al acostarse?

Bueno, supongo que tan ocupado como muchos…

Pues por la mañana, mientras lucho por abrir los ojos, tengo la costumbre de rezar el “Te Deum” -“A ti Oh Dios te alabamos…”-. Me enseñaron a arrancar el día dando gracias a Dios, y creo que es un buen punto de partida. Y termino rezando el padrenuestro y tres avemarías, porque tengo impuesto el escapulario de la Virgen del Carmen, y porque me gusta dormirme con el nombre de la Virgen en los labios.

Si su tiempo no es suyo, todo es para los demás, para Dios, ¿cuál es el momento más importante de su día?

Ojalá fuera verdad que vivo así mi tiempo… Intento que el momento más importante del día sea la Eucaristía, porque no hay nada más grande en lo que pueda participar. Lo que ocurre es que somos muy limitados para captar su grandeza, y a veces las prisas, o las preocupaciones, le quitan a uno atención en lo esencial. Pero la Misa es el centro.

Sacerdote y periodista, ¿en qué aventura se embarcó primero? 

Primero futbolista, y no lo hacía mal. Cuando caí en la cuenta de que no llegaría al primer equipo del Real Madrid -muchos se dieron cuenta antes… Yo a los 18- decidí que podría ganarme la vida contando cómo otros jugaban al fútbol. El periodismo deportivo me atraía. Durante los años de carrera descubrí, aunque parezca de perogrullo, que en la vida hay otras cosas importantes además del fútbol, que merecen ser conocidas y contadas. El tiempo, y también el trato con el Señor, me abrieron los ojos a descubrir las cosas más importantes de la vida, y finalmente descubrí que Jesús me llamaba no a contar sucesos micrófono en mano, sino a proclamar la Buena Noticia con toda mi vida.
Lo curioso es que ahora ha habido un camino de retorno hacia el mundo de los medios de comunicación, desde donde se puede comunicar esa Buena Nueva a mucha gente.

Ya no es tan extraño encontrarse a un sacerdote en Twitter, ¿qué le aporta estar en la red social?

Me permite compartir con más personas tantas cosas buenas que el Señor me regala. Con iMisión -una plataforma católica de evangelización en Internet- estamos preparando un congreso para el primer fin de semana de abril del año que viene -en Madrid- en el que buscamos compartir cómo anunciar a Cristo en el mundo digital. Al final, si estoy en Twitter es para eso, claro.
¿De qué va “Rompiendo moldes”?

Pues de presentar la mirada cristiana sobre la vida, la actualidad, la música, el cine, la historia, Internet… De un modo fresco, divertido, desenfadado, aunque también con plena fidelidad a nuestra fe, a la Iglesia, a los veinte siglos de Tradición que nos preceden. Y me parece que se puede hacer, y que el Señor combinaba firmeza en el fondo y flexibilidad en las formas. Bueno, lo estamos intentando y estamos contentos.
¿Qué cree que espera de nosotros, los jóvenes católicos, la sociedad?

Aunque no lo diga, lo que necesita de la juventud católica es AUTENTICIDAD. Ser lo que somos, del todo, hasta el extremo, sin complejos, reconociendo lo pobres que somos, y lo grande que es Dios. Luchando por vivir las exigencias de la fe -que son muchas- sabiendo que la fuerza la da Dios, y que es lo más grande que podemos hacer con nuestras vidas. Y por supuesto, que compartamos ese regalo que hemos recibido que es Dios mismo.
Una de las intenciones del mes del Santo Padre es: «Para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo, a menudo abrumados por el bullicio, redescubran el valor del silencio y sepan escuchar a Dios y a los hermanos”. El Papa nos anima a la oración, ¿por qué nos cuesta tanto, en ocasiones, abrirle la puerta de nuestro corazón al Señor?

Ja, ja, pues porque a ver qué nos va a pedir el Señor si le escuchamos… Y no sólo por eso, sino porque la pereza tira hacia la comodidad, y orar implica ponerse en tensión de amor, en búsqueda de Dios, poner en juego inteligencia, corazón, voluntad… Porque hay mucho ruido, y muchas prisas, y muchas cosas que hacer… El Papa -la Iglesia- nos lo recuerda porque sabe que estamos hechos para ese diálogo, que nos hace muchísimo bien, pero que tenemos que vencer algunas resistencias. Volvámoslo a intentar, a dedicar ratos largos y tranquilos para estar con el Señor. Y todo lo demás encontrará su lugar.
Uno de sus últimos tuits decía: “La característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre” Lumen Fidei 4.  ¿Ilumina TODA tu vida? ¿Por qué la fe es clave para la vida de un cristiano?

Es el deseo, que la fe me guíe, me transforme, e ilumine mi ministerio sacerdotal. Que sea Su luz, y no otra cosa, lo que se muestre allá donde esté. En eso estamos…
De nuevo, muchas gracias, don Julián. ¿Manda un mensaje de ánimo a @Católicos_es? 

Claro! Seguid compartiendo en el continente digital el tesoro que hemos encontrado. Es un regalo para el prójimo, y un gran bien para nosotros. Dios os bendiga.