Rives Brothers: Los gemelos de la costura que alaban a Dios

Entrevistas, Experiencias

Sergio y Vicente Rives son hermanos gemelos, casi idénticos, hasta el punto de que tienen un único teléfono porque “tenemos los mismos amigos y nada que ocultarnos el uno al otro”. Son profundamente religiosos. Catequistas, asiduos al voluntariado, cantan en el coro de una iglesia. Todos los días cosen y rezan el rosario. Tienen un estilo muy propio a la hora de diseñar moda, basado en la corsetería, que contrasta con su estilo personal. Esto es lo que nos han contado:

1. ¿Qué relevancia tiene Dios en tu vida y por qué?

Vicente: Para mí, Dios es lo más importante en mi vida, es lo que le da sentido a todo y, desde que me despierto hasta que me acuesto, en mi trabajo, en mis relaciones, etc., intento tenerlo presente. Gracias a Dios, nací en el seno de una familia muy católica, pero yo creo que la figura que más me influyó respecto a mi manera de vivir la fe fue mi yaya María, una persona maravillosa y una cristiana ejemplar a la cual admiraba profundamente. Ella siempre rezaba el rosario y desprendía el amor de Dios en todo lo que hacía y con todo el mundo, sin excepción.

Vicente

El hecho de formar parte de Juventudes Marianas Vicencianas me ayudó mucho a crecer en la fe y aprendí que la mejor manera de servir a Jesús es dándose a los demás en el servicio. Así es como empecé a dar catequesis y a hacer voluntariados. Ambas cosas para mí son todo un placer y, de hecho, muchas veces el tiempo que tendría para mi ocio acabo dedicándoselo a estas actividades que me llenan tanto. Para mí, poder transmitir a los niños y adolescentes la fe y estar con personas necesitadas en los distintos voluntariados en los que he tenido el placer de participar es un privilegio, una labor preciosa.

Sergio: Dios para mí es fundamental, es Él el que le da sentido a todo, a lo bueno y a lo malo. Yo nací en el seno de una familia católica, eso me ayudó en la fe, pero fue con mi experiencia en la asociación juvenil JMV que tuve vivencias que me marcaron y me hicieron ver la creencia en Dios como algo más que una tradición. Me encontré con Dios cara a cara: en los pobres, en los necesitados, en mis amigos creyentes… Y cuando tienes un encuentro personal con Dios cara a cara, la creencia en Dios se vuelve en algo natural e inevitable, ya no se puede volver atrás. Una vez descubres el amor de Dios de una manera personal cambia tu vida.

2. ¿Diseñar lencería y vestidos escotados o minifaldas no contradice lo que se esperaría que confeccionara un cristiano?

Vicente: No creo que sea contradictorio; quizás no sea lo que a priori se espere de un diseñador cristiano, pero al fin y al cabo nuestros diseños, pese a que a veces puedan ser un poco atrevidos, considero que son elegantes y procuramos no enseñar más de la cuenta. Además, yo creo que el vestido que lleves no te hace mejor o peor cristiano, es más la actitud de la persona que lo lleva. Nosotros, al trabajar a medida, siempre hacemos lo que más favorece a la clienta para que vaya favorecida y si, por ejemplo, tiene mucho busto, nunca le haremos un escote pronunciado. Se pueden hacer muchas cosas originales y creativas sin necesidad de caer en obscenidades.

Sergio:  Esto es difícil de contestar. Yo intento buscar un equilibrio, está claro que no todas las prendas están hechas para todas… Por ejemplo, los escotes van en función del pecho de la clienta y, si se hace un escote profundo, se equilibra tapando brazos o haciendo un vestido sencillo, el resultado puede ser ciertamente elegante y de buen gusto. Yo no diseño transparencias ni cosas provocativas, procuro diseñar cosas distinguidas y, si acaso, con un toque sensual, pero nunca buscando la provocación. También depende de la actitud de quien lo lleve y los ojos con los que lo mires, es decir, lo que a mí me puede parecer un precioso vestido que realza la figura femenina a otra persona le puede resultar insinuante… Pero desde luego esa no es la intención, la intención es que las clientas resulten lo más favorecidas posibles potenciando sus cualidades.

3. ¿Cómo te sientes al hablar de Dios abiertamente a toda España?

Vicente: Me encanta, en realidad en el programa me he mostrado tal cual soy. Yo nunca me he escondido al hablar de Dios, porque forma parte de mí, es lo que verdaderamente me hace feliz y es algo que necesito compartir. Obviamente mi principal objetivo al participar en «Maestros de la Costura» era demostrar lo que soy capaz de hacer y que me ayude a despegar como diseñador; sin embargo, también era consciente de que mi manera de ser tan «atípica» podría generar interés y es una cosa que me resultaba interesante, dar testimonio de mi fe me parecía algo bueno y bonito.

Sergio: Me siento orgulloso y privilegiado, aunque esto haya producido muchas críticas, comentarios y etiquetas que ignoro totalmente.

4. ¿No tienes miedo o vergüenza a que te juzguen por defender tu fe?

Vicente: No, ¡qué va! De hecho, en los tiempos que corren de persecución a la Iglesia, me parece que hasta hace falta demostrar que todavía queda gente de fe y que no estamos acobardados o avergonzados de decirlo abiertamente. Además, como bien indicó Jesús en las bienaventuranzas, si me critican por mi condición de cristiano, para mí es más bien un honor, una bendición. Aunque sí que es cierto que me duele cuando la gente me critica y, de paso, critica también a la Iglesia.

Sergio: Lo hacen constantemente, pero me gustaría que también la gente se diera cuenta de que se puede tener fe, vivirla coherentemente y ser una persona totalmente normal y corriente…, e incluso sentirte identificado aun a pesar de no compartir la misma fe pero sí los valores. Cierto es que en el programa le han dado mucho bombo y parece que estemos rezando todo el día, dando lugar a etiquetas desafortunadas, pero desde luego ni miedo ni vergüenza: soy una persona normal que quiere vivir según el maravilloso ejemplo de Jesucristo. El único miedo que pueda tener es el de no estar a la altura de lo que significa ser un buen cristiano.

Sergio

5. ¿Qué efecto esperas que tu testimonio de vida tenga en otras personas?

Vicente: La verdad es que no sé lo que la gente habrá podido llegar a ver de mi persona, pero me gusta pensar que quizás mi testimonio pueda ser positivo para alguien. Ojalá que algún joven con fe o inquietudes religiosas al que le de miedo o vergüenza decirlo abiertamente se sienta identificado, o inspirado, y que vea que no hay nada malo en confesar abiertamente tu fe, que se puede ser joven, moderno y creyente al mismo tiempo.

Sergio: Ojalá les remueva la conciencia a muchas personas desesperanzadas y aburridas de esta sociedad consumista llena de excesos y avaricia. Ojalá se den cuenta de que la vida es mucho más de lo que vemos o tocamos con las manos: hay algo más, la muerte no tiene la última palabra, existe la esperanza aún después de la muerte. El mensaje de la Iglesia se resume en una palabra: el AMOR, y el amor no tiene fronteras ni caducidad; si todo se hace con amor, eso es lo más grande a lo que se puede aspirar en la vida. Si tan solo una persona ajena a la fe se diera cuenta de esto gracias a mi testimonio, yo ya me daría por satisfecho.

6. Dicen que el cristianismo es algo de mayores, sin embargo tú has demostrado que sigue habiendo jóvenes comprometidos que siguen a Jesús. ¿Te sientes solo en ese camino o has descubierto a otras personas que viven la fe como tú?

Vicente: Para nada me siento solo. Gracias a Dios hay muchos más jóvenes dentro de la Iglesia de lo que la gente piensa, lo que pasa es que muchas veces por miedo al rechazo yo creo que no lo manifiestan. Durante mis experiencias de voluntariados, campamentos, etc., me he encontrado siempre con muchos jóvenes comprometidos; de hecho, en el último voluntariado en el que participo, con personas con diversidad funcional, la mayoría de días somos muchos más voluntarios que usuarios. Hay muchos jóvenes con ganas de hacer un mundo mejor, ¡así que el futuro tiene muy buena pinta! 😊

Sergio:  No estoy solo. Por fortuna, hay mucha gente que vive la fe como yo, de una manera activa. Sin embargo, podríamos ser muuuuuchos más. Yo pienso que es culpa del desconocimiento; muchas personas estarían más involucradas si conocieran un poco mejor la Iglesia y la gran labor que hace.