Solo apto para jóvenes

Cambiar el mundo, Universitarios

Odio cuando la gente encasilla a las personas por su edad, me parece un mal criterio. Conozco a jóvenes de más de 80 años (Juan Pablo II se definió así en Cuatro Vientos) y tengo amigos, tanto menores como mucho mayores que yo en los que descubro que ni juventud es señal de inmadurez ni pasar los cuarenta es garantía de finura mental y virtud.

Y es que, pase lo que pase, lo más importante es ser siempre joven. Sí, por eso empezamos GivenFaith, porque queríamos reunir a todos los jóvenes y cambiar el mundo. Era una idea alocada, pero es que para ser joven una de los requisitos es vivir alocado –stay hungry stay foolish que dijo Steve Jobs al acabar su discurso en Standford-.

La juventud, entremos ya al tema, no es sólo una época de nuestra vida, sino más bien un estado de nuestra alma. Nadie envejece por vivir muchos años, sino por abandonar sus ideales. Tú, que ahora lees esto, eres tan joven como tu fe y tan viejo como tus dudas; tan joven como tu confianza y tan viejo como tu miedo; tan joven como tu esperanza y tan viejo como tu pesimismo.

Si realmente quieres ser joven, quiérelo de verdad y pon toda tu constancia en conseguirlo, porque la juventud también es un efecto de la voluntad.

Si quieres ser joven, haz que tu coraje venza a tu timidez, y que tu gusto por la aventura fulmine a tu amor por la comodidad. Sal de tu aburguesamiento y haz cosas por los demás. Olvídate de ti y date, que hay más alegría en dar que en recibir.

Una persona no se hace vieja por haber vivido un cierto número de años sino por abandonar sus ideales. Los años arrugan la piel, pero es la renuncia al entusiasmo, las preocupaciones, los miedos o la falta de confianza en uno mismo los que hacen salir arrugas al alma.

Que ni tus exámenes, ni tus diferencias con el jefe, tus enfadillos con los amigos, tus peleillas en casa y con los hermanos, la falta de detalles de tu novio, el tráfico, el mal tiempo o los cambios inesperados de planes rasguen siquiera tu paz interior, que es el mayor fruto de tu juventud y que procede por entera de Dios. Y así, siendo joven y amigo de tu mejor Amigo, nada ni nadie podrá contigo. ¡A por ello!