Al norte de Polonia, en la diócesis de Koszalin-Kołobrzeg, father Rafał Jarosiewicz ha transformado su Mercedes Vito en un confesionario móvil con el que se desplaza a confesar a sus feligreses y administrar los sacramentos según la ruta de su calendario de citas.
Él está encantado y atiende a diario a numerosos penitentes. Y ellos, al ver la oferta que hace, se animan a pedir perdón a Dios en el sacramento de la misericordia.
En el lateral de la furgoneta aparece escrito: «aquí puedes confesar. No olvides que Dios te ama e intenta asegurarse en todos los sentidos de que lo sabes».
Una iniciativa fabulosa para un país con mayoría católica y con grandes zonas de difícil acceso debido a las condiciones climatológicas.