Ayer, Rafael Nadal conquistó su 21 Gran Slams en el abierto de Australia. Por el momento, es el único tenista del mundo que ha conseguido una gesta tan imponente. Todo gracias a su tesón, esfuerzo, concentración y control personal, las valiosas ayudas en las que se apoyó.
Es su sentido de la disciplina, incorporada plenamente a su estilo de vida y de práctica deportiva, la que le ha colocado en lo más alto del deporte mundial.
Su vida, su biografía, deberá ser un punto de análisis para los últimos cinco u ocho ministros de Educación que ha tenido España. La señora Celaá entre otros, está invitada a tan laboriosa pero fructífera misión.
Señores ministros: No es dejando pasar de curso con asignaturas pendientes. No es dando el título de Bachiller a aquellos que no han aprobado íntegramente esos cursos. No es rebajando la disciplina personal como se consiguen excelentes estudiantes.
Nadal ha dejado claramente la receta de la excelencia: constancia, esfuerzo, concentración y autocontrol. Valores que los niños, adolescentes y jóvenes españoles pueden perfectamente conseguir. Una población enorme de chicos espera que toda la sociedad española, comenzando por las autoridades públicas y por los padres y docentes, les conduzcan a la verdad, que tiene un nombre: ser fieles a su deber, es decir, ser de verdad, de verdad, estudiantes. Para ello, proporciónenles una educación en valores.
Julio Gallego
Publicado en Buscando la Excelencia