Clara Galindo es una joven cordobesa que, como muchos otros está participando en el sínodo de los jóvenes. Ha explicado a la Diócesis de Córdoba todo lo que le está aportando esta experiencia.
«Desde el momento que empecé en el Sínodo me sentí profundamente llamada a la Santidad, no como algo lejano, sino como algo que tenía que construir desde el ahora.
Iba a ser imposible contagiar fe, alegría y dar amor a otros jóvenes necesitados de ello si yo misma no tomaba la decisión diaria de elegir al Señor una y otra vez, por encima de lo que me apetecía, de lo que sentía.
Formar parte del Sínodo me hizo redescubrir mi fe y mi libertad».
«Soy realmente feliz en la Iglesia y me encantaría que nadie se quedase sin vivir la felicidad que da Cristo».
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