Tiene que haber paz en nuestro interior. La paz de fuera es consecuencia de la paz que hay dentro.
Nuestras peleas son consecuencia del pecado: cuando uno está peleado con Dios pierde la paz consigo y con los demás.
Tiene que haber paz en nuestro interior. La paz de fuera es consecuencia de la paz que hay dentro.
Nuestras peleas son consecuencia del pecado: cuando uno está peleado con Dios pierde la paz consigo y con los demás.
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