Hijan es un Kurdo que vivía al norte de Siria hasta hace unos días hasta un ataque brutal turco a toda la gente. A lo largo de su vida, ha logrado sobrevivir con un trabajo en los pozos petroleros. Desde chico ha sufrido la guerra y represión. La vida de su familia se marca por la constante huida ya que recuerda como su abuelo le contó que se fue a Irán, al establecerse la República de Mahabad (Estado Kurdo), para gozar de una corta independencia y protección de la Ex URSS para después ver como la mayoría de su ascendencia fue asesinada por la pena de muerte, impuesta por Teherán, en contra de los activistas kurdos. Por ello, su papá y lo que quedó de su familia, se tuvieron que refugiar en Irak para unos años después sufrir uno de los más crueles y grandes genocidios de la historia de la humanidad con armas químicas contra sus connacionales en manos de Hussein. La supervivencia es un atributo y la identidad nacional se superpone a cualquier creencia religiosa, entendida en el contexto de persecución y ocho traiciones históricas desde el Tratado de Sèvres hasta lo que hoy en día le ha tocado, la de Trump. Forzado por la circunstancia bélica y política tuvo que elegir Siria y con la esperanza de un apoyo norteamericano fallido se ve obligado a huir a donde su condición le permita.
Pedro, campesino nicaragüense, no ha conocido otro oficio que no sea el sector agropecuario. El campo ha sido el sustento de su familia por generaciones. El levantarse de madrugada, ejercer bajo el rayo de sol, apenas comer y no tener acceso a la salud, educación, cultura y obra pública es parte de su cotidianidad. Su país y su sector han sido reprimidos por años, pasando por la dictadura de un perverso Somoza que los hundió en una pobreza cíclica estructural muy complicada de superar ante escenarios llenos de corrupción e intereses internacionales que olvidan a lo más importante, su población. Lleno de preocupaciones y carencias de todo tipo, todavía queda la esperanza, anhelo y fe de poder dar a su familia un mejor porvenir a través de su sacrificio. La decisión ha sido tomada y mira hacia el norte.
Aretxa, oriunda dela región vasca en Guernica, era una niña que soñaba ser economista como su papá. Solía disfrutar de jugar con sus primos y amigos hasta que empezó a notar como sus papás ya no dormían y su papá empezó a fumar más de lo habitual. Ella recuerda escuchar a su papá quelo acusaban de cosas que no hacía y su mamá, profesora de literatura, luchaba cada día por hacerle ver que ellos comían antes y Aretxa apenas probaba una rebanada de pan o papas cuando era un buen día. Un día, con un beso y abrazo lleno de dolor y lágrimas la despertaron abruptamente para entregarla con una mujer francesa. Las últimas palabras que escuchó la llenaron de esperanza, en medio del miedo e incertidumbre, que pronto se reunirían. Salió de Burdeos en un navío llamado “Mexique” a un continente nuevo, al país azteca, que la acogió y donde hizo una
vida y familia. Nunca volvió a ver a sus padres pues murieron en un bombardeo pero logró escapar de un destino catastrófico y tras esfuerzos innumerables, junto con su esposo, logró dar a sus hijos y nietos un mejor porvenir. Una de sus nietas es economista.
TODOS los seres humanos merecemos un trato digno con respeto, tolerancia y tenemos el derecho a perseguir nuestros sueños y anhelos en vías de mejorar nuestra calidad de vida. También con los derechos vienen las obligaciones. Si eres una persona que vive en un país que no es el tuyo, respétalo y aprende a amarlo tanto como los que te han dado la bienvenida y mejores oportunidades. La Migración es un tema de agenda internacional que empieza desde uno mismo y recordar que lo diferente siempre es bueno.
Aprender cosas nuevas es enriquecerte y crecer como ser humano para dejar un mundo tolerante a futuras generaciones; ya que es una herramienta para evitar guerras y motivar acuerdos que beneficien a la humanidad.
Muy atinado el slogan de una campaña publicitaria de un brandy español muy famoso “Mezclar es bueno” Sin duda, la verdadera y auténtica empatía con las personas harán de este mundo un lugar más agradable. Pensemos y actuemos como nos gustaría que lo hicieran con nosotros y con nuestra familia.
Karla César Vargas