Dios creó el amor

Catequesis

Hace tiempo leí un libro que me fascinó, lo terminé en tres días, algo sorprendente para mí y mi burda lectura rápida. Y es que la primera frase me cautivó:

“Imagínate el momento en que Adán conoció a Eva”.

Jamás lo había pensado; debió ser espectacular. Tan sólo considerarlo me provoca una increíble ilusión.

Desde niños nos plantean el día en que conoceremos al – amor de nuestras vidas – como el momento idóneo en nuestra existencia… el momento en el que por fin veremos a la persona con la que compartiremos nuestro camino. Muy al estilo Disney.

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Lo cierto es que seguramente no conoceremos a la persona con la que compartiremos nuestra vida en un proceso mágico…. no será de inmediato. Tampoco es que esa persona estuviera destinada para nosotros desde su existencia. Bueno, es poco probable… salvo con Adán y Eva. A todos Dios nos brindó de una libertad plena para elegir a nuestra pareja como fruto de un proceso razonado y en oración.

Amar es una decisión.

En lo que no hay duda es que Dios, desde su creación, le otorgó al hombre el don de la compañía, por lo que bendice la Santa Unión entre el hombre y la mujer; en cuerpo y alma. Es decir, hemos sido llamados a la comunión en pareja.

La Teología del Cuerpo, descrita por San Juan Pablo II durante su Pontificado, nos lo aclara. Aspirar al amor verdadero es un anhelo intrínseco de todo ser humano; pero debe cultivarse en mente y corazón.

La única verdad es que:

Dios creó el amor y Él es la máxima expresión de amor.

¿Queremos conocer el “amor de nuestras vidas”? Fácil… ¡creamos al Creador! Él nos hizo a Su imagen y semejanza y nos ha regalado los elementos básicos para identificar el amor verdadero de acuerdo a Su plan:

El amor debe ser….

  • Libre: Amar con libertad significa amar gratuitamente, sin pedir nada a cambio. El amor se da, no se vende. El amor o es libre o NO ES.
  • Total: es una plena entrega en unión con la pareja.
  • Fiel: una entrega total a la pareja implica un respeto a esa misma relación única.
  • Abierto a la vida: fiel al plan divino de la creación.

Estos cuatro elementos son el secreto para la plenitud…. adiós Disney… ¡ESTO!

Verdaderamente no puedo llegar a imaginarme el nivel de emoción de Adán al conocer a Eva, quien fuera carne de su carne. Pero menos puedo llegar a visualizar la aún mayor emoción de Dios al ver a Su creación plena en complemento. Él pensó en cada detalle, desde el principio y hasta el final. Confía en Él.

 

Myriam Ponce