Amigos para siempre

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El Vicario de la Guardia Civil y Delegado de Caritas Castrense nos hace partícipes de una historia de héroes y sus familias:

Son las diez de la noche. Estoy en mi habitación en un hotel del Alcañiz. Llegue esta mañana con la intención de visitar y ver a Noelia y a Ana, las mujeres de Víctor Romero y de Víctor Jesús Caballero. Ellos, Guardias Civiles, murieron de servicio el 14 de diciembre pasado cuando fueron asesinados sin escrúpulos y fríamente por un pistolero con un amplio historial delictivo.

He pasado la tarde junto a ellas. Conocí a las dos, desgraciadamente, aquel fatídico día y hoy nos hemos vuelto a encontrar. Entonces, en esos momentos de duelo, dolor, rabia…, me uní a ellas y a sus familias, como muchos amigos, vecinos y compañeros, que con nuestra presencia, cercanía y compañía queríamos aliviar su dolor desde la impotencia de no poder ni saber hacer más. Ahora simplemente deseaba volver a verlas y que el encuentro afiance la seguridad de una amistad sincera y siempre disponible, no solo mía, si no de todos los que formamos esta comunidad de creyentes católicos en la Guardia Civil.

Me dolía que mi presencia y este encuentro les hiciese volver a revivir, recordar, sufrir. Era inevitable. Pero han sido recuerdos llenos de amor. Ha habido lágrimas, pero también sonrisas y sobre todo necesidad de compartir. Compartir la vida de dos hombres que la han entregado sirviéndonos a todos. De dos hombres, jóvenes, con un inmenso grado de amistad entre ellos y de lealtad a su profesión.

Los dos Víctor se profesaban una profunda y gran amistad. Plenamente complementados en todo. Vivían de forma natural, como la mayoría de los ciudadanos, una vida ilusionada con sus parejas, intentando disfrutar los pequeños y grandes momentos que nos ofrece la existencia, realizando su trabajo con entrega y profesionalidad motivados por los éxitos de sus actuaciones.

El mal, contra el que ellos lucharon, les hizo morir juntos, pero no pudo matar su amistad. Continua en Noelia y Ana y en todos nosotros para los que son un ejemplo. Ellas, sin duda, siguen sufriendo. No seríamos realmente seguidores de Cristo sino supiésemos estar a su lado, si ellas no supiesen que lo estamos. Ojalá que a través de la amistad puedan sentir la caricia de Jesús y el alivio del mejor amigo que nos ayuda a levantar y a seguir caminando en el dolor apaciguado. Ojalá que la amistad de los dos amigos que murieron sirviendo y luchando contra el mal, nos ayude a los amigos a seguir sirviendo y luchando contra el como testimonio y recuerdo de ellos y de aquel que dio la vida por todos.

Ana, que vuestra pequeña, la sobrina de Noe, como ella dice, cuando crezca, se encuentre un mundo mejor, que hayamos hecho entre todos, al que sin duda Víctor, su padre, y su amigo Víctor han contribuido de forma extraordinaria, no solo por su muerte en el servicio, sino sobre todo por su amistad entre ellos y por su amor a vosotras, a ella y a todos nuestros ciudadanos. Que nunca olvidemos su servicio y su entrega, y que por ello y por ellos se vuelque nuestro reconocimiento y el de toda la sociedad en vosotras tres.

Víctor, Víctor Jesús, no os olvidamos.

Noelia, Ana………. amigos para siempre. No dudéis que sois parte de nosotros.

El Vicario de la Guardia Civil y Delegado de Caritas Castrense

Si quieres leer el original puedes hacerlo aquí: Amigos para siempre