Reina del Cielo

Jóvenes Católicos

Desde el domingo pasado nos encontramos en el tiempo pascual. Es un periodo de más alegría en las misas, se enciende el cirio pascual, se vuelve a cantar el Aleluya… Pero hay un cambio que pasa desapercibido en la mayoría de nosotros: la sustitución del Ángelus por el rezo del Regina Coeli.

¿Qué es el Regina Coeli y porqué sustituye al Ángelus?

Regina Coeli es una oración mariana y cristológica de rezo diario cuyo tema principal es el misterio de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo; de ahí que desde 1742 el Papa Benedicto XIV estableciera que se debía rezar en el tiempo pascual.

ESPAÑOL

G: Reina del cielo, alégrate, aleluya.
T: Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.

G: Ha resucitado según su palabra, aleluya.
T: Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

G: Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
T: Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.

Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. (tres veces)

LATÍN

V: Regina caeli, laetare, alleluia.
R: Quia quem meruisti portare, alleluia.

V: Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
R: Ora pro nobis Deum, alleluia.

V: Gaude et laetare Virgo María, alleluia.
R: Quia surrexit Dominus vere, alleluia.

Oremus:
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus es: praesta, quaesumus; ut, per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saeccula saeculorum. Amen. (3 veces)

Son abundantes las Indulgencias que se obtienen por el rezo de esta oración llegando a ser Plenaria al cumplimiento del mes, con las condiciones de confesar, comulgar y mostrar desafecto por el pecado.

Manuel Martín Hernández
Las Rozas