«Buf… ¡Qué pereza!»

Cambiar el mundo, Universitarios

¿Te imaginas cuáles pueden ser las frases más repetidas de un joven de hoy en día? Quizá ni nos damos cuenta cuando las decimos pero son «Estoy cansado» y «¡Qué pereza!». Creo que casi nos salen automáticas. Cuando no sabemos qué decir nos salen solas, como una muletilla, ¿Preocupante no? Parecemos unos viejos de 20 años…  Nos proponen un plan y decimos… ¡Qué pereza! O cuándo preguntamos, «¿Y qué toca ahora? Buf… ¡qué pereza!». Somos unos auténticos quejicas.

La pregunta es por qué solemos reaccionar así, cómo podemos actuar de este modo, pero si ¡somos jóvenes! Creo que muchas veces no entendemos por qué hacemos las cosas, como si la vida solo fuera un «ir haciendo». Cuántos jóvenes viven aún sin ningún sentido más que pasárselo bien. Pero, ¿de verdad estamos aquí solo para pasárnoslo bien? ¿Para hacer solo lo que nos gusta? Que vida tan pequeña, ¿no?

Tenemos que vivir nuestra vida A LO GRANDE, viviendo cada momento como si fuera el último, como si solo tuviésemos este momento para amar muchísimo. Hay que amar siempre, a todos y con una profunda alegría, que se pueda decir de nosotros «a nadie excluyó de su amor». 

Si vivimos así, no habrá momento para el ¡qué pereza! O ¡estoy cansado! Porque cada momento requiere de nuestro amor, de la mejor versión de nosotros mismos. Hay que vivir el presente llenándolo de amor, de verdad. Entonces nuestra vida será una vida digna de ser vivida. Vive realmente la vida que quieres vivir, lo que Dios quiere para ti en cada momento.

Ahora Dios seguramente querrá que estudies, pues hazlo con muchísimo amor, como verdaderamente tu misión ahora. A partir de ahora, prohibido decir «¡qué pereza!» o «estoy cansado», es injusto con los demás, contigo y con el Señor. Una persona alegre, feliz se gana los corazones de todos, no una persona aburrida y seria que todo el día está cansada. Si llenas cada minuto de amor nunca será un día perdido, un día aburrido. ¡Pruébalo!