Pasar el verano con quien más te necesita. Ayudar a más de 500 mujeres del Congo.

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Podían haber disfrutado de unas merecidas vacaciones pero 5 alumnos de Medicina y 4 médicos de la Universidad de Navarra han preferido pasar 15 días en el Congo. En el Hospital Monkole.

“Kinshasa es como dar un paso atrás en el tiempo” asegura el navarro Itz Oiz, en 3º de Medicina. “Allí no hay normas de tráfico ni semáforos. La ciudad te deja completamente desubicado”. Incluso los coches marchan a placer, también en dirección contraria, y la falta de iluminación no beneficia la visibilidad de aquellos viandantes que se atreven a cruzar la carretera. La bienvenida es al grito de «munguele» («blanco» en lingala). Kinshasa huele a quemado y papaya: el grave problema de salubridad obliga a la población a quemar los desperdicios para reducirlos a cenizas, haciendo hueco a más bahorrina. La corrupción política es un tema aparte, que impide gobernar un país con la dignidad que se merece. Allí, o eres rico o eres pobre, no hay clase media. Los pudientes residen en la zona centro, la Gombe, donde sí que hay más civilización.

La expedición acude al Hospital Monkole, hospital general de referencia en la zona que atiende a más de 500.000 habitantesSu especialidad: la maternidad. La Dra. Celine Tendobi, ginecóloga, está realizando su tesis sobre la incidencia del cáncer de cuello de útero en las mujeres: “Necesitaba obtener unas 300 muestras para mi estudio” una cifra que le habría llevado “tres años en conseguir”. Finalmente han realizado más de 500 en quince días gracias a la colaboración del grupo del centro navarro: “Sin ellos no habría sido posible, les estoy muy agradecida”.

Para el estudiante bilbaíno David Oliver era la primera vez que hacía un cribado: “Si no es por los doctores Chiva y Jurado, no aprendemos. Y al final es más fácil de lo que parece”, relata. “Con el Lugol –disolución de yodo– podíamos detectar qué paciente era portadora del virus del papiloma, una técnica que no se lleva a cabo en España, pero que en Kinshasa resulta barata y eficaz”. Por su parte, Gloria Segura, futura médico y catalana, recuerda cómo una mujer le hablaba durante una de estas sesiones gratuitas que ofrecía el Hospital: “Me decía que no la dejara, no paraba de hacerme preguntas sobre si le iba a doler o no. Y yo intentaba tranquilizarla cogiéndola de la mano”.

Además de esto, han podido prestar su tiempo en las diferentes maternidades que tiene Monkole repartidas por otros barrios. Conocidas como Antenas, son apéndices del hospital en localidades muy pequeñas, alejadas del centro médico, pero a las que éste se encarga de dotar para beneficio de sus habitantes. “Ser madre en el Congo es casi una tómbola: puede ir bien y o puede ir fatal” asevera la ginecóloga donostiarra Maria Auba“Se palpa la miseria en los recursos sanitarios”. La morbilidad asociada, es decir, la presencia de uno o más trastornos cuyo resultado puede ser fatal, es muy recurrente. Y menciona aquella paciente que se murió en el quirófano debido a una hemorragia masiva.

Marta Amann, también bilbaína y a punto de acabar sus estudios, tuvo la oportunidad de presenciar seis partos en un día: “Allí te enfrentas al problema directamente, con la persona, no con el libro”. A diferencia de las prácticas que realizó en España “en el Congo aprendes la técnica y el contexto, porque atiendes a la madre antes, durante y después del parto. Estás al día de su historia completa”.

Incluso la murciana Lara Núñez, quien aún no ha tenido la oportunidad de realizar prácticas, recuerda cómo son los partos: “La madre, mientras dilata, grita y reza en lingala pidiendo a Dios que no la abandone. Que no la deje morir. También durante el parto. Y una vez con su hijo en brazos da gracias de seguir con vida”.

Decía Oscar Wilde que “para formar parte de la buena sociedad, uno tiene que alimentar a la gente”. No habrán cambiado el mundo en tan solo quince días, pero desde luego que se han dejado el alma para nutrir aquellas mentes deseosas de aprender. Han dado el primer paso para que otros puedan avanzar de manera autónoma.