Gracias Señor por la oración de un Sacerdote. El Testimonio de Martín.

Experiencias, Testimonios

Mi historia personal comienza en la ciudad de Yecla ( Murcia) Me llamo Martín Candela Azorín, Nací en el año 1992, por tanto, tengo 25 años. Dios me regalo nacer en el seno de una familia cristiana, mis padres pertenecen al movimiento de cursillos de cristiandad.

Desde pequeños en casa mis padres  junto a mi y mis  hermanas nos han transmitido la Fe. Sobre todo tengo en la memoria ir con mis padres a las ¨ultreyas¨ los viernes que hacen los cursillistas, a las clausuras de los cursillos a los Jerónimos en (Murcia) a recoger a las nuevas personas que habían hecho los cursillos, y a las eucaristías los sábados por la noche toda la familia junta. También en mi casa el tema de la semana santa, de las cofradias y hermandades siempre se ha vivido con mucha intensidad, me acuerdo que en esta semana nos veíamos muy poco por casa, entre las procesiones, mi padre en la junta superior de cofradias, mis hermanas de nazarenas en una hermandad y yo en otra… siempre estábamos cada uno por nuestro lado, pero viviendo intensa y profundamente la semana santa.

Esta transmisión de la fe en casa me ayudo mucho en el camino cristiano y ya desde pequeño a plantearme muchas cosas. Con 14 años yo ya me di cuenta que necesitaba pasar a una fe adulta, no podía seguir viviendo de la Fe de mis padres, si quería continuar en la iglesia sabía que yo mismo tendría que experimentar a Jesús en mi propia vida. Me invitaron a unas catequesis en la parroquia y entre a formar parte del camino neocatecumenal, después de unos años de camino, el Señor me permitió poder ir a la misión en Bélgica donde estuve dos años, fue una época de discernimiento para ver lo que Dios quería realmente de mi.

Ahora empieza realmente el milagro más grande que Dios ha hecho en mi vida y por la que creo que me dejó en este mundo y no me llevo con él. Cuando tenia 18 meses de vida, mi padre sin querer me atropelló con el coche, en el hospital los médicos le decían a mis padres que tan pequeñito y un accidente tan grave probablemente no saldría…Mis padres imaginad..como estaban, ellos se pasaban horas y horas en la capilla del hospital pidiendo al Señor que se hiciera su voluntad pero que también les diera fuerzas para poder aceptar este acontecimiento. Un día al salir de la capilla se encontraron con un chico joven que les pregunto: – Buenos días, perdonad que me meta, pero ¿Ustedes son los padres del bebe que se encuentra en la UCI tan grave? Mis padres le contestaron que si, a lo que el chico les contesto, – Tranquilos, vuestro hijo estoy seguro de que saldrá de esta situación, confiar en Dios. Milagrosamente pasó el tiempo y los médicos iban dando buenas noticias a mis padres de que iba progresando mucho, hasta que llegó el día que milagrosamente salí del peligro. Providencialmente, el día antes de salir del hospital, mis padres se encontraron con este chico, : – Miré este es nuestro Bebe, al final como usted dijo Dios no los ha dejado en este mundo, ¿Quién es usted? ( le preguntaron mis padres) – Yo soy sacerdote, estoy aquí en el hospital, y he estado rezando mucho por vosotros y por vuestro hijo, no se porque, pero siempre supe que su hijo se salvaría.

Desde entonces, pienso que Dios me dejó en este mundo porque tiene una misión especial para mi como sacerdote de la iglesia católica. Por eso me preparo en el seminario interdiocesano de Cataluña para si Dios quiere, ser un día sacerdote en la diócesis de Urgell. Rezad por mi y por todos los seminaristas del mundo. La mies es grande y los trabajadores son pocos, no se necesita ser un superhombre para ser sacerdote, sólo decirle que si al Señor, y el dará todo lo demás por añadidura. La paz.

Martín Candela Azorín.